El 11 de julio de l977, el obispo Carlos Ponce de León era asesinado en cercanías de la ciudad de Ramallo. Los verdugos “disfrazados” de inocentes automovilistas utilizaron la misma metodología que usaron los homicidas del Obispo Angelelli en la Rioja. Ambos prelados eran objetos de continuo seguimiento por su visión y militancia sobre los Derechos Humanos y las denuncias que venían realizando contra el Proceso Militar. En Ramallo, una camioneta de una empresa fantasma terminó con la vida de Ponce de León.
Ahora se busca la supuesta empresa entrerriana que sería “dueña” del vehículo utilizado El fiscal Juan Patricio Murray viene trabajando para llegar a la verdad que la represión del Proceso Militar pretende encubrir. En conversación con Colón Doce, el Dr. Murray señaló: “está acreditado las irregularidades que se realizaron en la investigación que se llevo adelante en 1977, ya hay elementos probatorios suficientes para desbaratar lo que se trato de calificar como un homicidio culposo (accidente de tránsito con la muerte del obispo) como se lo caratulo en esa época”. El seguimiento
El Fiscal nicoleño argumentó: “tenemos suficientes pruebas que nos indican que el obispo Carlos Ponce de León, era víctima de un seguimiento constante por los organismo de inteligencia del Estado y por agentes de inteligencia de la policía de la provincia de Buenos Aires y que desde l976 estaba en manos del general Ramón Camps.
Agregó “Además era seguido por los organismo de inteligencia del Ejercito tanto del Destacamento de Inteligencia 101, con sede en San Nicolás, como su dependencia jerárquica que era el Batallón 601, con sede en la Capital Federal”.
Los documentos donde se acredita este seguimiento que era objeto nuestro obispo fueron rescatados de la DIPA y de la sede de Inteligencia del Ejercito, en su sede de la Capital Federal los mismos están depositados en la Comisión Provincial de la Memoria. Por otro lado Murray argumenta: “también existen archivos de la Cancillería y donde se puede determinar que Carlos Ponce de León era producto de persecuciones constantes”
La sentencia de muerte
En la fiscalía de San Nicolás todo se lleva a cabo con enorme esfuerzo, por eso cada probatoria que se agrega a la causa es un paso gigante. En este sentido Murray indica que entre los documentos existe uno que fue agregado últimamente y que lleva la firma del coronel Manuel Fernando Saint Aman, jefe del área 132 y que estaba dirigido al general Guillermo Suarez Masón y donde claramente se puede anticipar lo que luego sucedería en Ramallo”.
Estos documentos rescatados por la fiscalía de San Nicolás demuestran que el asesinato de Ponce de León fue “escrito” mucho antes por los verdugos que respondían a distintos intereses. La conformación en la diócesis de sacerdotes y religiosos compenetrados con el Concilio Vaticano II y su “militancia” a favor de aquellos que no tenían voz habían sentenciado a Ponce de León.
La represión en nuestra zona fue “ideada” mucho antes y los procesistas querían borrar la memoria de un pueblo. (continuara)
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