¿Dónde van las pilas cuando se agotan?, en la mayoría de las ciudades de la provincia de Buenos Aires la respuesta es casi homogénea: a la basura con el resto de los residuos domiciliarios. El promedio de desechos de pila por habitantes es de 100 gramos por año; en un cálculo simple se puede inferir que los 14 millones de bonaerenses tiran 1.400 toneladas de pilas por año.
La pregunta se reitera: «¿Dónde van?». Una pila botón de las que se usa en los relojes y algunas agendas puede contaminar 600 mil litros de agua; también tienen mucho poder contaminante los tubos fluorescentes y las lámparas de bajo consumo, otros elementos con los que el común de la gente no sabe qué hacer.
Las pilas son consideradas residuos peligrosos por la legislación nacional, sin embargo no reciben ningún trato especial. Desde diciembre de 2004 permanece en el Senado un proyecto de ley que establece la gestión integral de pilas en la Provincia; pero no se aprobó nada. Las ciudades de Bragado, Mar del Plata y Trenque Lauquen, son algunos de los distritos que más claramente están trabajando sobre el tema; también se registran proyectos e intenciones de hacer algo al respecto en distritos como 9 de Julio, Bolívar y Ayacucho. El principal inconveniente es concientizar a la ciudadanía que debe separar las pilas del resto de la basura.
Según un informe de la Secretaría de Gestión Ambiental de Bragado, para imaginar la magnitud de la contaminación de estas pilas, «basta con saber que son las causantes del 93 por ciento del Mercurio en la basura doméstica, así como del 47 por ciento del Zinc, del 48 por ciento del Cadmio, del 22 por ciento del Níquel».
Todavía persiste un basural a cielo abierto en el 90 por ciento de las ciudades del interior de la Provincia. Así los líquidos contaminantes que producen las pilas al «reventar» la cápsula que las recubre filtran hacia las napas de agua subterráneas.
Las pilas están presentes en la vida cotidiana para hacer funcionar equipos electrónicos portátiles como radios, celulares, relojes, controles remotos, etc. No todas son altamente contaminantes; pero la Ley nacional 24.051 establece que no deben ser tratados igual que los residuos de comestibles, papeles, etc. Las pilas contienen mercurio, cadmio, incluso algunas contienen plomo. Los especialistas aseguran que las pilas de marcas instaladas en el mercado son las menos contaminantes, y acusan a las baratas «importadas que se venden en la calle y trenes» de contener plomo, aseguran que justamente las que vienen de países asiáticos contienen plomo, y que de ese modo los países hacen «exportación» hormiga de ese material.
Flavio Oliverio, director de Higiene Urbana de la ciudad de Trenque Lauquen aseguró que «el tema más complicado es encontrar las pilas», y agregó que «en la planta de reciclado los operarios detectan las pilas grandes en la cinta transportadora, pero de ningún modo podemos encontrar las pilas botón que pasan al relleno». En esa ciudad también envuelven las pilas en bolsas de polietileno de alta densidad y las confinan en bloques de hormigón. El sentimiento común dice que la gente no sabe dónde dejar las pilas; en muchos casos ha habido iniciativas de ubicar en negocios donde se venden pilas envases de plástico donde se acumulan las baterías sin carga hasta poder tratarlas. Hay empresas en la provincia que se ocupan del tratamiento de las pilas usadas
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