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20/10/2005
Juicio Oral y Público

Una causa por cobro truchos de beneficiarios de IPS quedó sin culpables


gracia_211005 (17k image)El Fiscal de la causa judicial no tramitó debidamente para incorporar las pericias caligráficas, prueba fundamental para encontrar culpables. La denuncia había sido presentada en forma anónima en el año 2000 ante la entonces concejal Roxana Albisini. Habían sido comprobados cuatro cobros truchos de personas que habían fallecido y que falsificaban la firma para quedarse con su dinero. Un procesado habría fallecido y el empleado del Banco fue absuelto por la duda. El Fiscal Pablo Santamarina apeló en segunda instancia la sentencia por no estar de acuerdo con el fallo.


Una causa por “estafa a la administración pública” donde estaba involucrado un colonense de apellido Grimaldi -el otro de apellido Falchi, falleció- empleado en el Banco Provincia de Buenos Aires (Suc. Colón) fue a juicio Oral y Público, quedó sin culpables, aunque la sentencia fue apelada.


En este sentido, el fiscal Pablo Santamarina apeló la resolución del tribunal conformado por Miguel Gaspari, Danilo Cuesta y Timoteo Martín.


El fiscal Juan Gracia ( parte acusatoria) no habría adosado correctamente a la causa judicial las pericias realizadas por la perito calígrafa y que comparaba los trazos del presunto responsable de la maniobra con la firma que tenía adulteradas los recibos de cuatro personas pensionadas del IPS y que habían fallecido.


Cabe destacar que el hecho del cobro indebido de las pensiones a cuatro beneficiarios del IPS quedó debidamente probado en el Juicio Oral, aunque ante la falta de pruebas no se pudo probar la autoría del cobro del dinero de los fallecidos.


La historia


En el año 2000, una denuncia anónima presentada ante la entonces concejal de la Unión Cívica Radical, Roxana Albisini, derivó en el accionar de la División de Investigaciones de la Departamental Norte que allanó las dependencias de la sucursal Colón del Banco de la Provincia de Buenos Aires.


La orden judicial provino del fiscal Dr. Juan Gracia. Los investigadores buscaban documentación referida al cobro de pensiones graciables del IPS (Instituto de Prevención Social) bonaerense de personas que habían fallecido.


Los cobros presuntamente pertenecía a beneficiarios fallecidos en nuestra ciudad. La maniobra ilícita se perpetró entre diciembre de l998 y enero del 2000.

Las pruebas


Un dato importante es que los recibos secuestrados habrían sido cobrados por una persona que falsificó la firma de la fallecida con trazos bastante parecidos, por lo que no se descarta que la hubiera conocido en vida y sabría como rubricaba los recibos del IPS. Como se dijo las pericias caligráficas no fueron debidamente adosadas a la causa y la defensa apeló para que no sirvieran como prueba.


Cabe destacar que tampoco pudo declarar en el Juicio Oral y Público al no estar debidamente adosada la prueba y sobre este tema puntual la perita caligráfica que llevó adelante el estudio de trazo de los imputados con la firma adulterada de los cheques.


Los recibos

En el primer operativo policial se secuestraron seis recibos de aproximadamente 200 pesos.
Según los datos que contamos la denuncia se presentó ante la Dra. Roxana Albisini. Una persona encubierta en el anonimato habría dejado un sobre de papel madera depositado por debajo de la puerta en el estudio de la abogada ubicado en calle 21 entre 44 y 45.


El mencionado sobre tenía en su interior profusa documentación probatoria de los ilícitos que se estaban sucediendo en el cobro de pensiones graciables. Entre los documentos se encontraban varios recibos de cobro de pensiones y estos eran acompañados por certificado de defunción de las personas beneficiadas. La documentación presentada contenía la de varias personas con residencia en Colón.


Las pericias indicaban que los trazos de las firmas en las pensiones del IPS correspondían a una misma persona. En poder de la perita hubo más de 50 recibos y las personas muertas cuyos recibos utilizados alcanzaron a cuatro. La maniobra habría comenzado en l998 con una mujer fallecida de apellido Silva.


En un tercer cobro comprobado ( un hombre de apellido Gómez) el beneficiario no sabía leer ni escribir y dejaba asentada su huella digital. Lo burdo de la acción se remarcó cuando una vez que falleció Gómez el que cobraba las pensiones falsificaba la firma del titular.


Un dato que quedó asentado en el año 2000 en la papelería del BaPro, es cuando una vez que se descubrió la maniobra infiel, el monto económico de las pensiones de IPS que se devolvía mensualmente se engrosó sustancialmente.


Los sospechosos de realizar la maniobra era dos, supuestamente un empleado del BaPro y el hombre que presuntamente cobraba las mismas y que falleció.


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