Sus propietarios lograron a través del tiempo integrar a sus trabajadores en una misma mística y vaya paradoja, en forma conjunta pudieron sortear los obstáculos que le iban “poniendo” los distintos cambios de programas económicos.
Hace pocos días se jubiló en la empresa Sansoni, Ramón Morro. El trabajador tiene 70 años y hacia 43 que trabajaba en la planta que fábrica Silos.En un encuentro con Colón Doce Morro relató: “cuando comencé en el año 1962, había 12 empleados, entre los que se encontraban Pascual Sansoni, Fidel Pielvitori, Ricardo Salinas, Jorge Tisera y Anacleto Pini” agregó “junto a los dueños pasamos un sin fin de dificultades, hubo épocas que escaseaba el trabajo, pero no hubo suspensiones o falta de cobro, entonces cuando venían las épocas buenas, trabajamos con muchas ganas y cada uno daba todo lo que tenía, nosotros sentíamos a la empresa y el “patrón” como se decía antes, nos respetaba y hasta que me jubile siempre sentí lo mismo: estábamos orgullosos del trabajo que hacíamos y de nuestra empresa”. Crecimiento compartido
En 1962, cuando Ramón Morro ingresó a trabajar en Sansoni, recién se había casado y vivía en una casa de calle 47 entre 136 y 137 del barrio Rivadavia.
En el presente, el ahora jubilado tiene un hijo y tres nietos y se domicilia en una amplia vivienda de calle 46 entre 11 y 12 y señala “la pude hacer de a poco, como lo hicieron la mayoría de mis compañeros, primero me compre el terreno, luego los ladrillos, pero siempre Don Sansoni, me ayudó y hubo veces que me dijo «el préstamo no me lo devuelvas» son cosas que uno como trabajador no olvida y que merecen la lealtad de nuestra parte; ahora la pibada es distinta, uno lo ve a diario, trabajan uno o dos años, se cansan, renuncian y van en busca de otra labor”. Momentos
El cronista le preguntó por el peor momento y sin vacilar Morro señala “ cuando me accidente y perdí la mano, me ayudo que en los nueve meses de recuperación mi empresa estuvo al lado, y una vez que me dieron el alta hice lo que me correspondía, volví al trabajo”.
En tanto relató “el mejor momento fue una fiesta sorpresa que me organizaron cuando cumplí los años y me jubile, allí me entregaron un viaje para mi y mi esposa, con todo pago a las cataratas” acota “personalmente más que el valor económico del regalo que es mucho, me impactó el gesto que tuvieron conmigo, eso me hizo mucho bien”.
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