Para la embajada «la norma contiene severas restricciones a los derechos de libre venta, expendio y consumo de las denominadas bebidas energizantes». El autor del proyecto, Délfor Hernández, calificó de «desubicada» a la nota. Austria es el país que produce el 80% de las bebidas de este tipo que se consumen en el mundo.
Venado Tuerto fue una de las ciudades pioneras en legislar contra los energizantes. Hoy son varias las ciudades que adoptaron medidas similares y hasta la propia Cámara de Diputados de Santa Fe se expresó en este sentido. En otras ciudades del país sucedió algo parecido y en Diputados de la Nación también están tratando el tema.
Hernández explicó que «la ordenanza a la que hace mención la embajada es la Nº 3.247/05, sancionada el pasado mes de mayo y que incorpora la prohibición de su venta para ser mezclada con bebidas alcohólicas y la obligación de los comerciantes de exhibir un cartel con la leyenda «las bebidas energizantes poseen alto contenido de cafeína, no mezclar con bebidas alcohólicas. Prohibida la venta a menores de 18 años»».
Alejandro Kraeutner, de la embajada austríaca y firmante de la nota, señaló que «la ordenanza parte de premisas falsas como por ejemplo sugerir que las bebidas energizantes tienen algún efecto dañino en la salud. Este tipo de bebidas se vende en más de 120 países del mundo, siendo en todos los lugares de venta libre».
«Esa alusión la rechazamos ya que se acerca más a un lobby comercial -debido a que su país es el productor del 80% de estas bebidas- que a un fundamento serio basado en estudios médicos y científicos», dijo Hernández, y agregó que «está demostrado que la combinación de energizantes con alcohol produce daños en la salud y es la puerta de entrada a otras adicciones».
Para Kraeutner «el consumo excesivo e irresponsable de alcohol produce efectos perjudiciales para la salud y el comportamiento humano. Eso se debe al alcohol y no a la mezcla. Las bebidas energizantes no tienen alcohol y no hay evidencia científica que establezca que puedan causar daños cuando se mezclan con bebidas alcohólicas».
Distinta es la versión de Hernández. «Estas bebidas están compuestas en su mayor parte (además del azúcar y agua carbona- tada) por distintas proporciones de cafeína, taurina, extracto de guaraná y otros estimulantes, que en combinación con el alcohol pueden provocar taquicardia, arritmia, fallas cardio- pulmonares e, incluso, una muerte súbita».
»El Código Alimentario Argentino (CAA) legisla para personas sanas y el exceso en el consumo de cualquier alimento puede traer consecuencias perjudiciales -hasta trágicas- para cualquier persona, circunstancia de la que no escapan los energizantes, pero esto no implica hacer una consideración especial sobre éstos. Es la conducta de las personas la que debe regular el consumo adecuado», dicen desde la oficina comercial de la embajada de Austria.
Comercialización en el mundo Según la embajada, los productos que contienen energizantes se venden libremente en 120 países del mundo. Las ordenanzas que regulen su venta «pueden provocar serios daños a la industria de las bebidas energizantes en particular y alimenticia en general y conllevan a una situación de inseguridad jurídica altamente perjudicial para las partes involucradas».
Austria es el principal productor de este tipo de bebidas, e incluso la marca líder en el mundo es de ese país.
En este sentido, Hernández rebatió los dichos. «No es verdad como quiere hacer ver la embajada de Austria que la bebida es comercializada en más de 120 países del mundo sin que ningún gobierno o Estado haya tomado precauciones o impulsado medidas sobre el particular».
»Desde Australia hasta Canadá, pasando por Japón, Francia, Noruega y Dinamarca, han surgido voces de alerta que claman para que estas bebidas se mantengan confinadas en las farmacias y no puedan ser adquiridas libremente por niños, jóvenes en plan de farra, mujeres embarazadas o personas con problemas cardíacos y de hipertensión, para quienes no son recomendables».
Para el edil radical «la mayoría de las sustancias de estos productos contienen compuestos que estimulan el sistema nervioso y producen vasoconstricción.
Esto implica que deberían estar contrain dicadas para niños (menores de 18 años), hipertensos, hipertiroideos, personas con arritmia cardíaca, diabéticos, mujeres embarazadas y durante la lactancia». Detalló que «esta situación ha sido tomada en serio por algunos países.
En Australia, según un informe enviado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el año pasado han pedido que a las bebidas energéticas se les coloque una etiqueta que diga «inadecuado para niños y personas sensibles a la cafeína».
Hernández añadió que «para proteger a los consumidores, la Unión Europea (UE) obligará a que todos aquellos productos que contengan más de 150 miligramos de cafeína por litro tengan un aviso ubicado cerca del nombre que diga: «Alto contenido de cafeína».
La mayoría de estas bebidas contienen 80 gramos de cafeína por lata (de ocho onzas). Esto implica más de 300 miligramos por litro, el doble de los estándares que servirán a la UE para mandar a etiquetar estas bebidas con una advertencia sobre el ingrediente».
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