En tanto, que el parque de estos pequeños rodados que circulan diariamente por nuestras calles alcanzaría a 7500 unidades.
Los números son contundentes y nos lleva a filosofar( con perdón de los filósofos griegos y sus seguidores hasta nuestros días) sobre el origen de este delito que pasa desapercibido para la mayoría, salvo para el propietario de la bicicleta.
Los aspectos a resaltar son varios pero merecen nuestra atención los siguientes:
1-Si las bicicletas no son llevadas fuera de la ciudad para ser comercializadas (sería una operación improbable por los controles de la Caminera) el 33 por ciento de las bicicletas que circulan en la ciudad, guiada por sus propietarios, son de origen ilegal.
2-La deducción directa es que el 33 por ciento de los que compraron a muy bajo precio las bicicletas de origen ilegal son corruptos o por lo menos despistados, por lo que nuestro futuro como sociedad para enfrentar el delito es casi nulo.
3-La seguridad es patrimonio de todos. La policía debe investigar y desbaratar las bandas que operan, y la sociedad debe facilitar el trabajo, por lo menos no adquiriendo “mercadería” de origen ilícito. En la forma que nos perfilamos no va haber cárcel que alcance.
4-La conclusión se cae de maduro: la corrupción argentina no esta solamente en nuestros políticos, que además (por si fuera poco) se forman en una sociedad que no demuestra valores a imitar.
Economía
Por otro lado, existen seguidores de la “Escuela de Chigago” y continuamente nos indican que los números gobiernan el mundo (aún por sobre las personas) y a ellos le demostraremos que la inseguridad, aunque en las pequeñas cosas cotidianas, nos sale muy cara.
El robo o hurto de bicicletas en nuestra ciudad, calculando el precio promedio de cada una de las 2500 robadas o hurtadas en 120 pesos ( una bagatela), nos lleva a un perjuicio económico colectivo de 300 mil pesos (esta fuera de cálculos otros ilícitos , como scruche de casas, robo de automóviles, ciclomotores, motos, asaltos, hurtos en comercios etc, etc, porque la cifra sería escalofriante).
A esta altura no existen dudas que el robo o hurto de bicicletas fue la industria más prolífica de Colón y merecería un stand en la Exposición del Agro. La industria y el comercio a desarrollarse en octubre.
Se debe tener en cuenta que sin capital, sin apoyo oficial, sin subsidios, y con todo la policía del distrito persiguiéndola y poniéndole trabas, el robo o hurto de bicicletas logró redituar a los ladrones 50 mil pesos por año o 4166 por mes o 136 pesos por día de ganancia neta.!Un negoción!
Claro no se debe tener en cuenta que para llegar a estos números se “embromaron” a 2500 personas, y debemos señalar (no todas son malas) que otras 2500 personas que las compraron a bajo precio (sabiendo que era ilegal) se beneficiaron.
También el robo o hurto de bicicletas, demuestra la incapacidad manifiesta policial para investigar y lograr “ cortar” de raíz el ilícito.
Para afirmar semejante dislate debemos tener en cuenta que en una ciudad de 23 mil habitantes que está “protegida” geográficamente, con pocas salidas y donde nos “conocemos todos” no llegamos a erradicar este ilícito, debemos “gritar” a los señores ladrones que no vengan a radicarse en Colón, porque instalarían otra industria redituable en cualquier rubro del amplio espectro que tienen los ilícitos.
Justicia
La Justicia tampoco escapa a nuestras criticas. El ilícito de “levantarse” una bicicleta aunque corten una cadena es caratulado por los fiscales «hurto simple».
Sin embargo, existe otro punto de vista. Según se estipula judicialmentes robo y hurto son dos cosas totalmente distinta:
1-Robo: Es estrictamente el delito contra la propiedad consistente en el apoderamiento de una cosa mueble ajena, con animo de lucro, y empleando fuerza en las cosas o violencia en las personas.
2-Hurto: Es el apoderamiento no autorizado de un bien inmueble ajeno con ánimo de lucro, sin fuerza en las cosas, ni violencia en las personas. La sustracción aprovecha una oportunidad o un descuido, o explota una particularidad irregular.
La pregunta a la Justicia es: ¿Un delincuente que corta la cadena de seguridad de la bicicleta para robarla, es hurto simple o robo agravado?.
La bicicleta es un vehículo porque no es empujado ni arrastrado. La Real Academia Española, indica que “es vehículo aquel apropiado para transportar personas o cosas”.
Los ejemplos que nos remite: son globos dirigibles, bicicletas, barcos, tren, ómnibus, autos, sulky, carreta etc.
Vayamos al grano. Una persona que roba una bicicleta es un hurto agravado (hurto un vehículo que estaba en la calle) y cuando corta la cadena se debería caratular como robo agravado.
Las penas en ambos cosas son muy distintas. Un simple robo o hurto de bicicleta, desnuda las fallas de nuestra sociedad.
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