En el Conurbano bonaerense los reclamos se radican por pérdidas de agua y veredas rotas, pero en el interior de la Provincia la mayoría de los pedidos se centran en la calidad del agua; en concreto, por un elevado nivel de arsénico, un metaloide que produce diversas patologías cutáneas, incluyendo al cáncer de piel.
En Colón el nivel de arsénico fluctua entre tres y cinco miligramos por litro, aunque el mayor problema radica en la cantidad de nitratos perjudicial para embarazadas y lactantes, y además se sospecha causante de cáncer.
Proyecto
El exceso de arsénico en el agua potable, registrado en varias provincias del país, entre las que se cuenta Buenos Aires, motivó a la diputada nacional socialista María Elena Barbagelata a proponer una modificación del Código Alimentario Nacional para que se baje el límite permitido de ese elemento en el líquido que consumen los ciudadanos (de 0,5 miligramos por litro a 0,1).
El arsénico produce una enfermedad conocida como Hidro Arsenicismo Crónico Regional Endémico (HACER), a la que están expuestas 2 millones de personas en el país. Ese mal tiene cuatro estadios, cada uno de los cuales indica un grado de gravedad mayor.
Así, los primeros síntomas de la ingesta reiterada de agua con contenido elevado de arsénico suelen ser las afecciones en la piel. La situación se agrava si se tiene en cuenta que al menos 1 de cada 100 afectados por el HACER desarrollará cáncer, especialmente de piel, vejiga, riñón o pulmón.
Un informe elaborado por el senador provincial Héctor Conde, oriundo de la ciudad de Lincoln, indica que la calidad de agua potable que consumen los bonaerenses se ha transformado en un verdadero problema en casi todo el noroeste bonaerense y cita entre los más afectados a Lincoln, Carlos Casares, Pehuajó y 9 de Julio.
El año pasado alumnos del Polimodal de una escuela de Carlos Casares demostraron a través de una investigación que el agua de red en la localidad bonaerense de Carlos Casares tiene «el doble» del arsénico establecido por la legislación nacional y cinco veces superior al recomendado por la Organización Mundial de la Salud, es decir 0,10 miligramos por litro de agua.
«Según análisis químicos realizados por distintos laboratorios del noroeste, el agua que beben los vecinos no es potable, debido al alto nivel de arsénico en su composición, que supera ampliamente el máximo fijado por el Código Alimentario Argentino (0,05 mg/l) y el nivel considerado recomendable por la Organización Mundial de la Salud (entre 0,01 y 0,02 mg/l)», se señaló.
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