El denunciado atraco ocurrió a las 16.30 del miércoles , y fue descubierto minutos después por un móvil policial que acertó a pasar por el lugar donde el remisero había quedado esposado al volante de su vehículo. Según declaró el chofer en la denuncia policial, la misión de buscar el dinero en Pergamino fue encomendada por dos operadores de mercados de Rosario.
Faltaban pocos minutos para el cierre del banco Comafi de Pergamino, cuando Marcos Germán Capuano, un remisero de 26 años que vive en la ciudad de San Lorenzo, salió de esa entidad portando una pequeña caja de cartón con 533 mil pesos en efectivo en su interior, que momentos antes había contado junto a dos empleados bancarios en una de las oficinas del banco.
Capuano aseguró que desde hace un año estaba contratado por dos personas vinculadas al sector financiero para retirar y trasladar fondos en efectivo en diversas entidades bancarias.
Antes de ir al banco, el denunciante aseguró haber pasado a buscar a un representante de una cooperativa cerealera de la zona, que lo acompañó hasta el banco, fue el encargado de extraer el dinero que debía traer a Rosario.
Casi a las cuatro de la tarde Capuano subió a su auto, un Astra turbo diesel gris oscuro, patente DUH786, y tomó por la ruta 18 rumbo a Rosario. Unos kilómetros antes de llegar al límite con la provincia de Santa Fe, según la denuncia, un Ford Sierra rojo se le puso a la par y un sujeto lo encañonó con una pistola, mientras le hacía señas que detuviera su marcha. Lejos de acatar la orden, el chofer aceleró.
Le efectuaron un disparo y puso su auto a 170 kilómetros por hora, con el Sierra siempre en su persecución. Al llegar a la proximidad del acceso a la localidad de Peyrano, los asaltantes lo volvieron a tirotear, hasta que reventaron una cubierta trasera. El remisero no tuvo otra alternativa que detenerse en la banquina.
Con la caja del dinero en su poder, los desconocidos esposaron al remisero al volante del Astra y retomaron la ruta en dirección a Pergamino. En pocos minutos, un móvil de la comisaría de Peyrano que recorre periódicamente la ruta 18 en esa jurisdicción percibió las desesperadas señas de luces que, aún esposado, el remisero hacía desde el Astra.
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