Según la fuente consultada se realizaron los análisis para determinar si se trató de un caso de meningitis, pero debido a la cantidad de antibióticos que le fueran suministrados no se sabe si se podrá determinar que tipo de enfermedad era.
Cabe destacar que el enfermo se recuperó y se tomaron todas las precauciones con la comunidad escolar del Jardín de Infantes donde concurre. (tratamiento preventivo) como lo determina la normativa vigente en la provincia de Buenos Aires.
Por otro lado, Colón Doce tuvo acceso a información donde se señala que hace 25 días ocurrió un caso de meningitis “B” en Colón. Se trata de un lactante que también se recuperó. Los casos están dentro de lo normal de las estadísticas para una población como Colón de 23 mil habitantes.
Meningitis
Todos los años, los casos de meningitis aumentan un 50 por ciento hacia fines del invierno y principios de la primavera, en relación a los meses anteriores. El 75 por ciento de los afectados por esta enfermedad infecciosa, que se trasmite a través de la saliva, son recién nacidos y lactantes.
Se trata de una patología grave que puede derivar en consecuencias neurológicas irreversibles e, incluso, en la muerte del paciente. Para evitar un mayor número de casos resulta fundamental la aplicación de la vacuna cuádruple y sus refuerzos, además de tomar medidas de higiene y proteger a los familiares con la administración de anti. bióticos.
Entre los síntomas se encuentra el dolor de cabeza, la sensación de rigidez en la nuca, la fiebre alta y los vómitos son los síntomas más frecuentes de la meningitis, una enfermedad endémica que se caracteriza por la inflamación de las meninges o membranas que recubren tanto al cerebro como a la médula espinal.
Esta patología infecciosa tiene su origen en distintos agentes, esto significa que puede contraerse mediante una gran variedad de virus y bacterias. La diferencia reside en que su forma viral rara vez resulta grave y el restablecimiento de quienes la padecen suele ser completo.
Las meningitis bacterianas, en cambio, se consideran enfermedades graves por la posibilidad de acarrear secuelas y porque su tasa de mortalidad continúa preocupando a la comunidad científica. Los agentes infecciosos más frecuentes de este tipo de meningitis son el meningococo y el haemophilus influenzae serotipo b, éste último es el detonante más común en los niños de entre 2 meses y 5 años.
Las infecciones bacterianas en distintos órganos del cuerpo y su posterior diseminación hacia el cerebro y la médula espinal, a través del torrente sanguíneo, constituyen el punto de partida más común en este tipo de meningitis.
En épocas pasadas, la tasa de mortalidad por meningitis meningocócica excedía el 50 por ciento de los afectados pero, actualmente, con el diagnóstico y el tratamiento oportuno, el número desciende hasta el 5 por ciento, cifra menor, incluso, a la del año anterior.
Las dos formas más frecuentes de meningitis bacterianas - originadas por haemophilus influenzae y el meningococo -, afectan en especial a los niños menores de 5 años y, ambas, se trasmiten mediante las gotitas de saliva que se expelen al toser o por contacto con las secreciones nasales de las personas infectadas.
Los agentes que producen este tipo de meningitis se localizan, entonces, a nivel del tracto respiratorio y, por lo tanto, el contagio se produce «a través de la saliva, de los distintos objetos que el niño comparte en el colegio o en la guardería y, también, a través de la tos y de todo lo que pueda contener secreciones.
La trasmisión de la enfermedad se da de persona a persona, pero tienen que transcurrir de 4 a 6 horas de contacto en lugares cerrados y condiciones de hacinamiento para que se haga efectivo. La vacuna cuádruple previene una de las formas más graves y frecuentes de la meningitis, cuyo origen está en el germen haemophilus.
Esta vacuna, al estar incluida en el calendario nacional de vacunación, se aplica en forma gratuita tanto en los hospitales públicos como en las salas sanitarias y centros de vacunación. La primera dosis está indicada para los niños de 2 meses de edad y luego, se deben aplicar tres refuerzos, a los 4, 6 y 18 meses.
En los recién nacidos, además, resulta fundamental la administración de otra vacuna obligatoria, la BCG, efectiva para la prevención de la meningitis tuberculosa. Existen otras dos, no obligatorias, la anti- meningocóccica y la antineumocóccica, ésta última se utiliza en la prevención de una forma de menigitis muy poco frecuente en la Provincia.
Es fundamental controlar, sobre todo, a los chicos, para que no compartan elementos y utensilios, como por ejemplo vasos, chupetines, galletitas, comida e incluso juguetes, todos estos son elementos que muchas veces se llevan a la boca unos y otros, aumentando las posibilidades de contagio.
Desde la Dirección de Medicina Preventiva del ministerio de Salud bonaerense, no se recomienda el cierre de los establecimientos escolares en los que se detecte uno o más casos de meningitis, «dado que son las escuelas las que permiten la identificación de los afectados y la consiguiente administración de medicamentos a quienes los necesiten», señalan. De todos modos se insiste para que, en estos casos, se extremen las medidas de higiene escolar mediante la limpieza y desinfección de pisos y sanitarios con lavandina diluida.
En los niños, la meningitis bacteriana requiere una combinación de terapia antimicrobiana inmediata, a fin de obtener resultados óptimos, mientras que la profilaxis recomendada para evitar la diseminación familiar consiste en la administración de la droga rifampicina.
Entonces, como los familiares que conviven con una persona infectada son considerados contactos de riesgo, el ministerio de Salud bonaerense se ocupa de proporcionales, en forma gratuita, los antibióticos específicos a fin de prevenir la propagación de esta enfermedad.
Para efectivizar la administración de estos medicamentos, en la provincia de Buenos Aires existe, desde el año `94, un Programa de Notificación Obligatoria, el que se encarga del registro de todos los tipos de meningoencefalitis.
En este sentido, se considera que la escuela cumple un rol central en el control de la enfermedad, ya que se encarga tanto de la comunicación de casos a la autoridad sanitaria como de la identificación y convocatoria de las personas que conviven con el alumno
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