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16/06/2005
Murió la leyenda viviente

En Chacabuco dejó de existir el manco Messina


manos_messina-170605 (17k image)El sábado 11 de mayo a la noche, tras las alternativas de una larga dolencia dejó de existir en Chascomus Ismael Oscar Messina, el Manco. El extinto que desaparece a los setenta y cinco años de edad, fue un reconocido pelotari y más que eso, una leyenda


El Manco se había radicado en Chascomús hacia mucho tiempo. Una larga enfermedad lo tuvo postrado en los últimos meses de su vida y los médicos debieron amputarle las dos piernas. Sus restos fueron sepultados en el Cementerio de esa ciudad


El Manco Messina había nació en Teodelina el 4 de abril de 1930. Era casado, y tenía tres hijos, dos mujeres y un varón «No me acuerdo cuándo agarré por primera vez una paleta. Nosotros íbamos a las canchas cuando teníamos 4, 5 y 6 años teníamos lugar cuando la gente dejaba de jugar, nos la pasábamos garroneando..., cuando volvían nos sacaban corriendo, nos echaban.


Muchas veces me llevó la policía preso. A la siesta, cuando no había nadie, nosotros veníamos a jugar y la policía nos llevaba; nos hacían baldear la comisaría, limpiar y después nos largaban. Ha habido tardes que me han llevado hasta tres veces.


La policía de ahora es otra, hay más libertad. Los de antes eran milicos recios, severos; les parecía que llevando a un chico...« recordaba de su niñez.


Por una deformación de su brazo izquierdo, a consecuencia de un golpe que le dio un caballo cuando era chico en la estancia ‘Dubhau’ (Santa Juana), recibió el apodo por el que todos lo conocemos: ‘El Manco’. En ese lugar trabajo su hermano “El Menchu” Messina que sobresalió en el fútbol llegando a ser número 2 que jugó en la Selección de la Liga de Colón y con excepcionales aptitudes.


De aquel episodio el Manco recordaba: «En aquellos años no había la atención médica que hay ahora acá -no había sanatorios ni hospitales-, me enyesaron con tablitas de dulce de membrillo, y así quedó. En aquellos años había mucha pobreza, hace 55 años atrás no había ni qué comer, no había nada.


Nosotros éramos 8 hermanos y mi padre algunos días ganaba 1 peso y otros no ganaba nada; hacíamos un guiso con 10 centavos de pulpa, cuando encontrábamos un pedazo de carne hacía de cuenta que andaban pirañas».


En un reportaje agregó «Como compañero efectivo tuve al Negro Cacho (Acevedo) de Teodelina; «anduvimos toda la vida juntos, casi 50 años juntos, nada más que él vive acá y yo allá. El debe tener 56, 57 años, el era más pibe que yo. Yo lo llevaba, él era un paisanito.

Las anécdotas


Anécdotas del ‘Manco de Teodelina’ (Contadas por Juan Carlos -Salamín- Medici)
*En el año ’62 le gana en una cancha cerrada de Uruguay, donde la pared de la zurda es más larga -tiene un cuadro más- que en las canchas argentinas, al Sr. Bernal, a quien le decían ‘El Perro’.


A este no había hombre que le ganara; el Manco fue y le ganó un partido a 75 tantos. Creo que jugaron más de dos horas. El mismo Bernal lo paseó, terminado el partido, por toda la cancha sobre los hombros, porque era una cosa de locos haberle ganado al campeón uruguayo, a ‘El Perro Bernal’


*El Manco no asistía a los campeonatos porque no le gustaba jugar por trofeos, le gustaba jugar por plata. Cuando se enfrentaba con los campeones del mundo o argentinos les ganaba; pero no le interesaban los trofeos.


¿Sabés cuáles eran los trofeos del Manco? Los anillos. Cada plata que ganaba compraba anillos de oro, de plata, con piedras preciosas, de lo que fuera. Los anillos son una fantasía de él. Es un enloquecido del oro.


Un día, fuimos a Rosario, pasamos por una joyería y ve en la vidriera un mate muy grande de plata -de tamaño muy especial- con una bombilla de plata cuya punta, creo, era de oro. Entró a la joyería -yo me quería morir, «éste que va a hacer ahí»-, y preguntó: ¿¡Cuánto vale ese mate!?.


Le dijeron un platal, qué sé yo la plata que era. Si gano esta noche -concluyó- vengo mañana y lo compro. Fuimos al club Gimnasia y Esgrima, ganamos los dos partidos y al otro día fue y lo compró.


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