El hecho no fue denunciado por miedo a represalias. El joven circulaba por calle 47 entre 21 y 22, cuando fue abordado por varios muchachones que le pidieron un cigarrillo.
La víctima dijo que no tenía, y es entonces cuando los desconocidos comienzan a golpearlo brutalmente.
Uno de ellos con un objeto contundente le pegó en la mejilla, siendo perforada la misma.
Esa misma noche habrían sido más los jóvenes golpeados por esta patota, pero Colón Doce no pudo reunir elementos para certificarlo.
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