Las primeras tendencias electorales a cinco meses de las elecciones legislativas marcan una dispersión de votos pronunciado y una elección donde el oficialismo deberá trabajar mucho para “marcar” una diferencia con el resto de las fuerzas políticas.
La sociedad colonense reclama cosas mucho más simples de lo que piensa el término medio de nuestra dirigencia y está elección no se ganará “gritando” si no “reflexionando”.
En el presente el colonense pide calles limpias, recolección de basura efectiva, solución al tema de los perros, buen servicio de agua y cloacas y que sean escuchados sus reclamos por los funcionarios de turno.
Nuevamente la función básica que debe prestar un municipio se encuentra “en el ojo de la tormenta” de los electores y de no solucionarse finalmente puede volcar la elección de octubre.
Los consultados señalan que el municipio de Colón tiene un gran deficet en cuanto a los servicios que presta y nota una ausencia de “gobierno” en este sentido.
También el tema de los fines de semana y la inseguridad preocupa al colonense de más de 50 años.
Las personas mayores (existen 4000 en nuestra ciudad y con cultura del sufragio) siente el tema de la inseguridad con más fuerza, mientras que los jóvenes se preocupan por las oportunidades laborales.
Según nuestra lectura, por los requerimientos advertidos, los gobiernos municipales pareciera que están más preocupados en conseguir “milagros electorales” en base a una mejor relación con los gobiernos provinciales y nacionales (algo lógico), pero se olvidan del patio donde viven y de las funciones básicas por la que fueron elegidos.
Por otro lado, parte de la población colonense observa atentamente el crecimiento del empleo municipal y lo compara con el mal servicio que se estaría prestando.
Las autoridades municipales deberían aclarar la cantidad de empleados que trabajan, y cual son los horarios que se cumplen.
El electorado tiene “todo” bajo sospecha y al parecer no quiere la “conurbanización” de los servicios y “procederes” políticos.
Los cambios
Una lectura de los requerimientos de la sociedad desde el inicio de la democracia nos marca los cambios que hubo en el electorado a través del tiempo.
En 1983, el colonense llenaba los comités y unidades básicas. El sufragante pedía la participación democrática.
El ex intendente Rubén Díaz cumplió con los reclamos, creando las Juntas Vecinales, las Unidades Sanitarias Barriales, y dio su apoyo a las asociaciones intermedias, quedando en la consideración como un muy buen intendente y con una alta imagen positiva.
En el año 1995, y después de 12 años de gobierno radical (con un modelo social-económico que se agotó), el electorado local buscaba la reactivación de la obra pública y la creación de las fuentes de trabajo.
El elegido para llevar adelante el proyecto fue Carlos Mazzieri. El ex intendente cumplió y con un presupuesto exiguo realizó con fondos propios la Avenida Eva Perón, la Avenida Las Palmeras, el Gimnasio Municipal, planes de vivienda etc. La población consideró su obra y en el presente tiene una adhesión superior al 50 por ciento.
En el año 2001, aparece el reclamo y la necesidad de control en el Concejo Deliberante. El radicalismo había dejado su perfil opositor y lugar que se abandona es rápidamente ocupado. Gerardo Soria y el AMIC, ocupó ese espacio durante cuatro años, ahora la población le está pidiendo además de oposición, saber si puede gobernar un municipio.
En el 2005, los requerimientos cambiaron, los gobiernos municipales cuentan con 18 millones de pesos de su propio presupuesto y “culturalmente” la población tiene asumido que las obras de infraestructura son un “deber” hacerlas (efecto Mazzieri), pero además reclama mejor gestión y servicios municipales.
Estos requerimientos “marcan” las tendencias electorales actuales y seguramente definirán sin lugar a dudas las elecciones de octubre.
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