El Instituto de Promoción de la Carne vacuna en su plan de acción 2005 proyectó un estudio que permite conocer la radiografía del consumo en todo el país y todo el imaginario que se vincula al concepto de «Carne Argentina».
Los resultados dan una mirada analítica sobre los hábitos de consumo y de compra, además de los vínculos sociales y emocionales con la carne que tienen los argentinos.
Los consumidores comen carne tres o más veces por semana y privilegian la carne vacuna, que prefieren color rojo-rosado en detrimento de las más oscuras y valoran el aporte proteico y la facilidad de preparación y además optan por la carne más magra.
En Colón
El estudio realizado por Colón Doce en la nuestra ciudad revela un cambio de hábito de los colonenses en el consumo de carne vacuna.
En primer lugar, en los últimos años el ama de casa local se inclinó por carne más magra y además que tenga una buena terneza y palatibilidad.
En este sentido, se pasó de un consumo de medias reses clasificadas como novillos y tipificadas con una grasa 2, a cortes proveniente de terneras hembras, terneros machos, vaquillonas y novillitos con grados de grasas 1 y 2.
El cambio no solo afecto a las amas de casa si no también al bastión de los hombres: el típico asado. Además, se prefiere costillares más chicos (novillitos y vaquillonas) resignando el gusto «mas acentuado» por costillas, maruchas y vacios de novillo pesado (tipo exportación).
Asi mismo, se empieza a imponer un corte «extraño» a la ciudad hasta hace pocos años: corte Mar del Plata, que es el corte longitudinal de los bifes angostos y gruesos con el hueso correspondiente.
Por otra parte los carniceros adquieren medias reses clasificadas como novillo y vaca grasa 1 y 2 para fabricar milanesas.
El corte que más se vende son los relacionados con milanesas obligando al carnicero a «buscar» este corte no solo en los más tradicionales como es la bola de lomo, cuadrada, nalga, etc.
El fenómeno tiene que ver que las amas de casas en su mayoría trabajan y tienen menos tiempo para organizar las comidas.
La carne en el menú colonense es indispensable. Un ejemplo, es que en los comedores escolares en las cinco preparaciones de la semana siempre la carne vacuna está presente bajo diversas formas: guisos, pastel de carne, milanesas etc.
También los días que más asado se vende son los jueves y sábado. Este dato marca que se come mucho asado en reuniones de amigos que se efectúan entre los días jueves y viernes y que no falta el asado el domingo con la familia. Supremacía
La carne vacuna tiene supremacía absoluta sobre los cortes porcinos y el pollo.
En enero de 2005 los colonenses consumieron 121.500 kilos de carne vacuna (promedio 5.42 kilos por persona), 8255 kilos de carne porcina (0.350 gramos por persona) y 31.400 kilos de pollos (1.33 kilos por persona).
El consumo de proteínas de primera calidad llegó por cada uno de los 23.500 colonenses a 7,100 kilos por habitante.
El aumentó de la carne vacuna y los sustitutos más próximos no melló el gusto de los convecinos. En abril se consumió 135700 kilos de carne vacuna ( 5,77 kilos por habitante); 8667 kilos de carne fresca porcina ( 0,360 gramos por persona), 31350 kilos de pollos (1,330 kilos por colonense), llegando una ingesta de las distintas carne de 7,460 kilos por habitante.
Los datos estadísticos marcan que el consumo de las diversas carnes por cada jornada y habitante llega a 0,248 gramos.
Los animales
Por otro lado, en la ciudad tomando un promedio de 90 kilos la media res, se faenan por mes con destino a consumo en la ciudad 753 vacunos.
En un 85 por ciento se consumiría vaquillonas, novillitos y terneros. En la ciudad es mínimo el consumo de reses clasificadas como vaca, cualquiera sea su peso.
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