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05/05/2005
Mortandad de peces

Entre ser bombero y prevenir el incendio


El episodio de la mortandad de peces ocurrida en el Lago Municipal entre el jueves y viernes pasado debe hacer reflexionar a nuestros dirigentes (funcionarios, concejales, políticos) que hay “vida” más allá de las elecciones de octubre de 2005.


En el año 1998, comenzamos a través de nuestra publicación a desarrollar temas aplicados a la ciudad de Colón como la necesidad de un parque industrial, desarrollo estratégico de la región, polos de crecimiento –entre otros- Los años pasaron y con satisfacción observamos que en la actual dialéctica del discurso político estos términos fueron incorporados y son asiduamente utilizados como un recurso de avanzada. (aunque poco desarrollados en la práctica)


Entre nuestras esperanzas, esperamos no estar seis años, para que nuestros dirigentes se preocupen por desarrollar un proyecto sustentable, considerando a nuestra ciudad como un sistema, con componentes que debemos cuidar para las futuras generaciones de colonenses. Se debe advertir que nuestros propios recursos naturales: agua, suelo, aire, su población, y las actividades productivas que desarrollamos están en peligro.

Las variables

En la ciudad existen distintos tipos de variables que permanentemente agreden a nuestro ecosistema y que como en el caso de la mortandad de peces, hacen correr a nuestros funcionarios como Bomberos Voluntarios, «recalentando» los teléfonos de oficinas y quedando como último recurso «rezar» para que no ocurran incidentes más graves.

En nuestras investigaciones, escribimos en el año 2004 (archivos a disposición) y lo repetimos en el 2005 ¡Estamos al borde de un incidente ecológico de magnitud!. Las motivos posibles no son puntuales, si no multicausales y al no desarrollar en un corto tiempo un proyecto de medio ambiente sustentable, caminamos por una estrecha cornisa y a nuestros costados existe un abismo donde el fondo no se avizora. Solamente basta destacar que los incidentes con mortandad de peces van acelerando su ciclo en el tiempo, y en el presente existe una casi nula actividad ictícola. Esta se rompe cuando las grandes lluvias hace que las carpas y otras especies salgan de algunos reservorios y lleguen al Canal Colón.

Proyecto sustentable


La agresión a nuestro ecosis- tema parte de la erosión de nuestros suelos (problema grave), contaminación del aire y el agua que paralelamente causa problemas de salud a nuestra población (piel, respiratorio, cáncer –entre otras-). Los problemas de extenderse sin solución, serán a mediano plazo acumu lativos e irreversibles.

Una agresión


La actualidad nos permite señalar que es imperioso, analizar los múltiples problemas ambientales y desarrollar políticas ecológicas sustentables.
Un este número dedicaremos la investigación a una de las tantas agresiones. La contaminación del cauces de agua. La cuenca del Canal Colón, nace en forma de “Y”, en los partidos de Hughes y Wheelwright. En su trayecto de unos 27 kilómetros sufre la contaminación de sus aguas en diversas formas.

Una de las múltiples agresiones ecológicas, es responsabilidad del propio Municipio de Colón. Es sabido –y hasta denunciado por el concejal Alberto López y Gastón Ríos- que la planta de residuos cloacales no funciona y los desperdicios pasan directamente sin ser debidamente tratados al Canal Colón. A este problema se agrega, los residuos de colectora de calle 9( no funcionó, no funciona ni funcionará), que derivó en un canal a cielo abierto, cuyo trayecto principal corre paralelo a la Ruta 8 (dos metros de profundidad por dos metros de ancho) y que vuelca (indirectamente) también al Canal Colón.
A las aguas del cauce, ingresa de esta forma contaminación orgánica, que es devuelta a al ser humano cuando consumimos los peces que extraemos e ingerimos.


Solamente nos bastaría pensar la cantidad de detergente que arrojan las amas de casas colonenses y que van al sistema cloacal y luego al curso natural de agua, para que nos corra un “frío por nuestras espaldas” pensando el «mal» que estamos acumulando. A esto se debe agregar, los productos que se derivan a través del sistema de las fábricas (ácidos, metales pesados, sales y restos de materiales en descomposición) y que es impunemente lanzado al Canal.


Cabe destacar que la “culpa” no le corresponde a nuestros industriales, si no al Estado Municipal que no brinda una planta depuradora que funcione al ciento por ciento y un sistema cloacal óptimo (en otros números dedicaremos un capítulo especial a este sistema que esta en una crisis difícil de evaluar).

Fauna y flora

Los peces reciben esta contaminación junto a la fauna y flora que existe en el Canal.
Además “enviamos” al a- gua, agentes infecciosos como pueden ser bacterias de hepatitis, Escherichia coli y Pseudomonas aeruginosa etc, con las consecuencias que pueden tener y acarrear a la salud humana.


En las cloacas a cielo abierto y las aguas que atraviesan la planta cloacal sin ser tratadas, se vierten al Canal Colón: productos químicos, pesticidas, residuos industriales, sustancias tensioactivas contenidas en los detergentes, además de los nitrógenos y fosfatos, compuestos orgánicos en descomposición, aceites derivados del petróleo, compuestos químicos, residuos habitacionales que se producen en la utilización de baños, cocina y lavado, los cuales contienen materias saponosas, detergentes, restos de alimentos y alimentos sintéticos. Una lista de contaminantes nada despreciable.

Agresiones individuales


Por otra parte, en los puentes del Hospital y Santama- rina se observa que algunos pobladores desaprensivos arrojan residuos, encontrándose a simple vista hojas, perros muertos, plásticos, e importantes efectos de contaminación orgánica o biológica .
En el agua contaminada no solo mueren los peces, si no los toda forma de vida animal, o vegetal. También la “incontrolada” inoculación en nuestra tierra de fertilizantes, herbicidas que son arrastrados por las aguas de lluvias, canales clandestinos y oficiales, incorporando a los cursos naturales fósforos, nitratos y nitritos -entre otros- (Continuará)


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