Por otra parte, ante un cúmulo de versiones que indicaban posibles vinculaciones políticas, se puede afirmar que no existe ningún elemento que asocien el infrecuente asalto con una oscura trama de “internas” partidarias.
Según una alta fuente, las hipótesis seguidas con respecto al asalto perpetrado por tres malvivientes se diluyeron rápidamente.
En un primer momento, los dueños de casa denunciaron el faltante varias joyas, dinero y un celular.
Con el correr de las horas las joyas fueron encontradas en el interior de la vivienda y en principio no pudieron ser ubicadas debido al desorden que dejaron los cacos.
Con respecto al robo del teléfono celular, poco después el pequeño aparato fue encontrado en el exterior de la casa, por lo que se presume que los ladrones lo habrían abandonado al huir del escenario del asalto.
Este último detalle, estaría señalando que se trataría de delincuentes profesionales, que podrían haber tenido algún dato sobre la posibilidad de encontrar una buena cantidad de dinero guardado en la casa.
Cabe acotar que los teléfonos celulares pueden ser hallados con bastante exactitud por la señal de baja frecuencia que emiten, incluso cuando están apagados.
El botín
Según la fuente consultada, los delincuentes se llevaron de la casa de la familia Bataforano un cintillo y sesenta pesos en efectivo.
Por otro lado, respecto a las versiones que indicaban una factible vinculación del asalto con una posible interna política, se supo que en la casa de la víctima, la noche que ocurrió el asalto, poco antes hubo un encuentro de importantes referentes de Peronismo y Confluencia.
Sin embargo en el expediente judicial no existe una pista, una declaración que vincule el hecho delictivo y el conclave partidario.
También se supo que las víctimas no pudieron reconocer en el “Modus Operandi” ( foto de conocidos delincuentes que operan en la zona) a los presuntos malvivientes que habrían llevado adelante el hecho delictivo.
Se sabe que esa madrugada los cacos actuaron a cara descubierta y encandilaban a su víctima con una linterna por lo que las facciones son irreconocibles para el matrimonio.
La llave
En el mismo sentido, y como apoyando que no eran delincuentes de la ciudad, por la forma de actuar, se recuerda que para saber donde estaba el dinero, practicaron sobre Abel Bataforano, el denominado “submarino seco”, que consiste en poner una bolsa de plástico en la cabeza de la víctima hasta causar la sensación de ahogo.
El dato más importante es que los ladrones ingresaron por la puerta principal, la cual tenía la llave puesta. La pregunta es ¿La puerta quedó abierta o los ladrones la abrieron con una ganzúa especial?.
La respuesta es importante. El tipo de cerradura de la casa de Bataforano se puede abrir de distintas formas. Una muy común es utilizando la famosa “gotita” y otra llave o extensión con una redondez.Este elemento está descartado debido a que no se encontró rastros del pegamento en la llave.
También es posible abrirla con una pinza de cirujano tomando la parte que sobresale hacia fuera.
El tercer procedimiento es una ganzúa especial con un redondel y dos aletas, aunque todavía no se habría determinado cual usaron.
Por ahora no existen ni hipótesis ni pistas, por lo que el delito podría quedar impune.
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