También se deben extremar las medidas de higiene y conveniente desinfección de la ropa personal y de cama.
Intensificar el lavado de los utensilios de uso exclusivo del paciente y vajilla. Aumentar las medidas de higiene con respecto a los sanitarios y/o elementos que los reemplacen (chatas, papagayos) utilizando permanentemente agua de limpieza preparada mezclando medio pocillo de lavandina cada diez litros de agua usadas inmediatamente después de preparada.
El grupo familiar debe evitar el contacto con el enfermo. Hay que proceder a la limpieza y desinfección del baño después de que sea utilizado. Intensificar las medidas de higiene personal y de la ropa, ya sea interior, de cama o uso doméstico y de los utensilios y la vajilla. Consulta oportuna para el control clínico y de laboratorio.
Hay que mantener el aseo constante de la casa, con permanente aireación, sacar la basura o quemar diariamente y hay que evitar las moscas.
Proteger las aberturas exteriores de la casa (puertas, ventanas) con cortinas de tejido mosquitero, de junco o de tela. Proceder de igual modo con la vajilla y utensilios de cocina. En la escuela, hay que lavarse las manos, con abundante agua y jabón antes de comer, no beber del pico de las canillas.
Es obligatoria para esta enfermedad informar a las autoridades de las Regiones Sanitarias, Municipales o directamente a la Dirección de Epidemiología, de la Dirección Provincial de Medicina Preventiva, del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires.
No corresponde la desinfección del local ni su clausura. En las escuelas u otros establecimientos donde no existe red cloacal, en caso de producirse un brote de hepatitis, se recomienda la desinfección del pozo ciego, tanque y cañería de agua y se hace indispensable la construcción de un pozo de agua más profundo y alejado del pozo ciego. Si este está muy cercano a la fuente de agua, se debe construir un nuevo pozo ciego más alejado pero no más profundo.
Recordar que recién a partir de la tercera napa, el agua es potable
|