Las víctimas del inusual ataque fue Abel Bataforano y su esposa, domiciliados en calle 47 al 600 de nuestra ciudad.
Los ladrones sorprendieron al matrimonio a las 4.15 de hoy martes, cuando se encontraban descansando. Según se pudo saber, el trío agresor no encendió la luz del dormitorio, utilizando linternas para guiarse y atemorizar a sus víctimas.
Los dueños de casa fueron atados de pies y manos al borde de la cama, con varias corbatas que los delincuentes extrajeron de un placard.
Uno de los cacos golpeó salvajemente a Bataforano. El objetivo de los extraños, era una supuesta suma de dinero que habría estado guardada en la vivienda.
Bataforano dijo a Colón Doce: “ En mi casa no había dinero, hace dos meses cobre un retroactivo de mi jubilación, pero con esa suma realice algunas reformas edilicias y coloque el gas natural”. Agregó “ Los ladrones me golpearon porque quería que les entregara esa supuesta suma de dinero”. Los cacos actuaron con la cara tapada, aunque el matrimonio quedó confundido, porque era permanentemente encandilado con las linternas .
El calvario del matrimonio duró 45 minutos, tiempo suficiente para que los malvivientes revisaran la casa dejando la misma muy desordenada.
Los cacos huyeron por el frente de la casa. La policía científica trataba de determinar como habían ingresado los ladrones, no pudiendo hasta el momento saber el modo que lo hicieron.
El matrimonio Bataforano logró luego de media hora liberarse y denunciar el caso a la policía.
Colón Doce estuvo en la vivienda y según los dichos de Bataforano la llave había quedado puesta en la cerradura, no notándose rastros de pegamentos (gotita) para hacer girar la misma desde el exterior.
En cambio en presencia de la víctima, un cronista del semanario pudo observar dos rayas en la parte superior de las alas de las llaves, por lo que sería probable algún tipo de mecanismo que por medio de un redondel ( encastrado en la llave)y dos extremos que se ubiquen en las alas de las llaves, poder hacer de girar desde el exterior el mecanismo de seguridad.
En los dos últimos años ocurrieron otros casos similares en la ciudad. A saber: familia Noé domiciliada en calle 47 y 23; familia Montagna, domiciliada en calle 24 entre 45 y 46 ( en forma posterior el propietario ingresó en un estado depresivo suicidándose); familia Maruco, domiciliada en calle 24 entre 44 y 45 y familia Traficante domiciliada en calle 50 y 11.
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