Policías que tiran colillas de cigarrillo donde minutos antes hubo un tiroteo, periodistas que invaden todo en busca de primicias, curiosos que se llevan “recuerdos” del lugar de un accidente, todas imágenes comunes para la escena del crimen argentina.
Éstas son algunas de las causas por las que la cartera de Justicia nacional pensó en el manual para dejar atrás estos episodios. En la actualidad, la “percepción social de la Justicia penal y criminal tiene una credibilidad que no supera el 7 por ciento”, se advierte en la publicación que da instrucciones que, por más elementales que parezcan, pocas veces se cumplen.
Por ejemplo, se aclara que quien primero arriba al lugar de un hecho, la mayoría de las veces un policía, es el “responsable” de preservar el lugar del hecho, es decir, “el espacio físico en el que se ha producido un acontecimiento susceptible de una investigación científica criminal”. El texto también señala que “el personal policial debe abstenerse de hablar acerca del hecho o de las circunstancias del mismo con terceras personas ajenas al mismo”.
“El funcionario policial o de fuerza de seguridad que se anoticie de la posible comisión de un hecho delictivo debe llegar con rapidez al lugar del hecho o escena del crimen y estar atento ante cualquier circunstancia que pueda ser relevante”, indica el manual. Establecer el perímetro dentro del cual puede haber elementos de prueba, “permanecer en continuo estado de alerta, registrar la hora de arribo, despejar el lugar desalojando a los curiosos y restringiendo el acceso”, son algunas instrucciones.
Además, se destaca la figura de un coordinador, que debe definir el cerco perimetral para restringir el acceso y “advertir a quienes ingresen al lugar de la existencia de elementos, rastros o indicios a efectos de que no los modifiquen, alteren o contaminen”.
También se instó a que los fiscales y jueces ordenen a los policías en el lugar “documentar cualquier declaración o comentario realizado por la víctima, el presunto autor y o los partícipes” de un hecho. Y además, “enviar a un policía o personal de fuerza de seguridad a que acompañe a la víctima o presunto autor de un hecho” si por estar herido fuese derivado a un centro asistencial.
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