En Colón se conoce que habría por lo menos tres empresarios criadores de pollos perjudicados. La maniobra se habría realizado en los últimos meses de 2004.
El monto de la presunta estafa en forma extraoficial se acercaría a más de un millón de dólares, aunque se estima que la cifra finalmente alcanzaría a tres millones de la moneda norteamericana.
Los perjudicados por los dos propietarios de la Avícola S.A se extenderían en una zona geográfica situada en el sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires. Según trascendió, habría productores perjudicados de San Pedro, Ramallo, Baradero, Colón -entre otros-.
En Colón la suma de la estafa podría superar los 250 mil pesos y estaría encuadrada en los cheques “voladores” entregados a los criadores de aves locales cuyo apellidos estarían identificados como M; M y D. La estafa
No se conocen mayores detalles sobre la modalidad operativa pero se sabe que los propietarios del matadero de aves adquirían pollos vivos a las granjas y los habrían pagado a un plazo de diez, veinte y treinta días.
La empresa compuesta por dos socios ( muy jóvenes), estaba ordenada en los números, pero repentinamente comenzó a faenar una mayor cantidad de aves, llegando a diciembre de 2004 con una máxima actividad económica y precios por kilo de pollo eviscerados (por las fiestas) con un amplio rédito económico.
El Frigorífico de aves a pesar de la presunta rentabilidad cerró quedando una deuda millonaria entre los proveedores de pollos de diversas granjas de la región. Cabe destacar, que la empresa faenadora de aves de Guerrico también tenía granjas con los cuales criba el pollo vivos por lo que las deudas se extiende también a proveedores de granos, núcleos etc. En estos momentos no tiene ningún tipo de actividad y los organismo de control sanitario tal cual lo determinan los boletines habrían cesado con los servicios.
Salto a la fama El matadero saltó a la fama en el 2003 cuando el jefe del Destacamento de Acevedo acusó a la subcomisaria Susana Lepanti de recibir coimas.
La denuncia contra la primer mujer que había asumido un cargo importante en la Departamental Pergamino, la realizó el uniformado argumentando que Lepanti presionaba ordenándole entregar cajones de pollos y combustible (nafta). El gatillo de la situación se debería a que el denunciante hacía un servicio de vigilancia en una planta de eviscerados de pollos en Guerrico y cobraba el sueldo en negro.
Susana Lepanti en su descargo ante la justicia, habría afirmado que como encargada del destacamento Acevedo y el de Guerrico, realizaba investigaciones sobre supuestas maniobras ilícitas que estarían sucediendo en esas dos localidades y que involucraban a uniformados policiales.
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