Sin embargo, pese a la vigencia de una ley provincial que lo exige y que llevó años de debate, no todos los estudiantes del polimodal recibieron educación sexual.
Como se sabe, la Iglesia Católica tiene una mirada diferente hacia el tema e impuso en sus colegios lo que denomina «Educación para el amor» que no obstante, según versiones, no se brindó en todos sus establecimientos. Pero será diferente este año porque contarán con un manual propio sobre el tema. En el mismo la Iglesia reafirma su posición de oponerse a todos los métodos anticon ceptivos considerados «no naturales» y a permitir las relaciones sexuales sólo en el matrimonio.
Mientras subsisten las discrepancias, la realidad sigue marcando la horfandad juvenil en esta problemática. La media bonaerense de partos juveniles establece un promedio del 19% de madres menores para establecimientos públicos y un 13% en el total de la Provincia. El hecho de que los porcentajes se mantengan es un fracaso del mundo adulto por su falta de respuesta a las requisitorias de los adolescentes, al menos hasta la vigencia de la ley provincial que se logró después de un arduo debate que llevó años. En Colón la media de partos juveniles tuvo un aumento en los últimos años según estadísticas ya publicadas por Colón Doce.
En establecimientos públicos
El espacio creado para las escuelas públicas no se reduce sólo a educación sexual. Denominado Adolescencia y Salud, abarca diversas problemáticas adolescentes que incluyen, además de una educación sexual sin exclusiones, temas como anorexia y bulimia, adicciones y discapacidades, entre otros. ¿Se modificarán los índices de embarazo precoz? ¿Bajará la incidencia de las enfermedades de transmisión sexual en adolescentes? Es una respuesta que solo se sabrá con el tiempo.
El manual
La iglesia católica argentina elaboró su primer manual de educación sexual dirigido a los alumnos de colegios religiosos con el propósito de dar «una respuesta desde la moral cristiana» con respecto a la sexualidad. El trabajo, denominado «Plan de educación para vivir el amor», cuenta con 400 carillas separadas para cada nivel de los niveles de EGB y de Polimodal y el mismo empezaría a ser distribuido en los colegios en los próximos meses. En el manual de educación sexual de la Iglesia se abordaron todos los temas relacionados al sexo, como la menstruación, la erección, la masturbación, las relaciones prema- trimoniales, los métodos anticonceptivos naturales y artificiales, el embarazo, el aborto y la homosexualidad, entre otros, siempre desde la óptica de los católicos.
Según trascendió, el trabajo fue realizado tanto para las clases de catequesis como para una materia especial decidida por los colegios o dispuesta por el Estado. El manual va avanzando paulatinamente en la problemática sexual de acuerdo con el nivel del sistema educativo, comenzando por las salas preescolares para chicos de 3, 4 y 5 años, a quienes se les habla de valores como el amor a la familia. Para los primeros tres años del EGB, la Iglesia aborda en este manual el don de la vida, la imagen de Dios, del varón y la mujer y de los padres que no viven juntos.
En tanto, en la parte correspondiente a cuarto, quinto y sexto año se habla de los cambios corporales, la menstruación, el ciclo de ovulación y la gestación de un ser. Para séptimo, octavo y noveno del EGB la temática es, masturbación, etapas del embarazo, masculinidad, femineidad, noviazgo y relaciones prematrimoniales. En la etapa del Polimodal los temas son: embarazo no deseado, anticoncep- ción, aborto, castidad, planificación familiar, métodos naturales y artificiales, enfermedades de transmisión sexual, separación y divorcio, nulidad del sacramento matrimonial, eutanasia y violencia familiar.
Fuerte polémica en la Provincia por la despenalización del aborto
De un lado, se ubican quienes sostienen que deben evitarse las muertes producidas por operaciones clandestinas. Del otro, el argumento es de orden moral. En territorio bonaerense unas 80 mujeres son atendidas a diario en hospitales públicos a raíz de abortos clandestinos. Las declaraciones del ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, que se pronunció a favor de despenalizar el aborto, provocaron una fuerte polémica en la Provincia, donde cerca de 80 mujeres son atendidas a diario en hospitales públicos a raíz de abortos clandestinos.
Aunque el tema es complejo y admite muchos matices, la mayoría de las posiciones en torno del aborto en la Provincia adscriben a dos situaciones básicas: una que sostiene la necesidad de que la sociedad civil debata el tema antes de eventualmente habilitar interrupciones de embarazos y otra cerradamente opuesta a ese debate. El doctor José Alberto Mainetti, experto en bioética con varios libros escritos sobre el tema, consideró que «desde el punto de vista moral, el aborto es un mal, pero yo concuerdo con lo que dice (el ministro Ginés González) García, cuando considera que es un mal menor teniendo en cuenta las muertes que se producen por operaciones clandestinas, realizadas en ínfimas condiciones de salud por personas que no tienen los recursos para acceder a servicios de salud seguros».
Mainetti dijo que la sociedad civil «ya no puede eludir» la discusión de esa cuestión, y en ese sentido, propuso «la realización de un plebiscito» para decidir sobre la despenalización. Para Mainetti «en una sociedad democrática, en la que no puede existir una hegemonía en materia moral, como pretende establecer la Iglesia Católica, que hace años retrasa este debate en América Latina».Aunque se considera católico, Mainetti explicó que casi en ningún país desarrollado la vida pública se rige por «morales de máxima, compuestas por normas ideales y universales»; en cambio, para el catedrático lo que existen son «morales de mínima, que expresan los consensos normativos que después pueden sostenerse sin mentiras ni cinismos en la vida de todos los días».
Precepto católico
En la vereda opuesta se ubicó Roberto Castellano, representante de la ultracatólica fundación Pro Vida. Para este defensor de los preceptos de la Iglesia, despenalizar el aborto equivale a «despe nalizar la pedofilia, o incluso es un delito aún más grave, porque durante un aborto se mata a una persona». Por eso, para Castellano las declaraciones de Ginés González García equivalen a una apología del delito. «Es muy grave que un ministro llame a cometer un delito o que se retire de la vigilancia del ordenamiento legal», dijo el dirigente católico, para quien con su postura «el ministro de Salud propugna que el Estado garantice la muerte de los argentinos».
Castellano, cuya fundación tiene como objetivo «defender la vida y la familia», consideró que «González García no tiene que preocuparse por discutir si los abortos son clandestinos o legales, sino que debe esforzarse por que no se produzca ninguno». Lejos de estar resuelto, el tema sigue generando una fuerte controversia en la Provincia, de la que su ministro de Salud, Ismael Passaglia, se abstuvo de participar. En territorio bonaerense, según cifras oficiales unas 80 mujeres son atendidas diariamente en hospitales públicos a raíz de abortos realizados en forma clandestina
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