El joven en los últimos tiempos habría tenido problemas de conducta y el martes la situación se agravó. Las versiones indican que siendo las 21.15, se presentó a la Comisaría, la novia del muchacho, pidiendo ayuda a la policía para recobrar una bicicleta y un calzado que habían quedado en el interior de una pieza, ubicada en 53 y 23.
Un móvil policial llegó a la precaria vivienda y se encontró con la puerta cerrada y trabada desde el interior. También había un equipo de música puesto a todo volumen. Los policías llamaron en reiteradas ocasiones y ya se retiraban cuando desde una ventana observaron que en el interior había un cuerpo colgado.
El suicida había atado un cable a un tirante y se lanzó al vacio desde una especie de ropero. Trascendió que momentos antes habría discutido con su novia por lo cual esta se dirigió a pedir ayuda.
También por problemas familiares había pedido prestado o alquilado la habitación donde fue encontrado sin vida.
En horas de la tarde había pasado a buscar un hijo de dos años y podría haber sido el foco del conflicto. El joven fallecido tenía problemas de conducta debido a la posibilidad de consumo de estupefacientes, y habría intentado quitarse la vida con anterioridad.
Los últimos años de su vida es una muestra de cómo la sociedad abandona a jóvenes con profundos problemas de conducta.
Por otro lado, no debe asombrarnos existen otros casos de gravedad similar o aún más graves.
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