Los cacos ingresaron al edificio por una pequeña ventana del baño que da a un amplio patio. La mecánica del robo según testigos de oídos sería la siguiente .
La versión circulante indica que una persona habría pasado por el lugar del ilícito y sería la que avisó a la policía. Esta persona habría caminado por calle 46 y al llegar a la Casa del Campo, notó la luz encendida de la edificación y habría observado a los ladrones.
Rápidamente se habría trasladado a calle 47 y 22, donde se habría encontrado con un patrullero estacionado con dos policías. El transeúnte habría avisado a los uniformados lo que estaba sucediendo. El patrullero habría llegado a 46 entre 20 y 21, y habría puesto los reflectores enfocando al interior del edificio, pero no habría visto movimiento.
Según esta versión, el supuesto testigo se quedó en una esquina observando y habría visto a dos jóvenes que habrían huido por calle 20. Llama la atención, si la versión es cierta ( la debería corroborar si el testigo llamó al patrullero) la impunidad para actuar los ladrones con la luz encendida y ante esto preguntamos ¿La cuadricula de patrulla de los móviles no existe más?.
Según se pudo saber, en el interior los malvivientes revisaron los cajones de los escritorios de la oficina utilizada como atención al público, para luego con una barreta forzar la puerta de madera de la oficina de Manfredini.
El paso final fue con la barreta descarrilar las puertas de un armario de metal y luego forzar la puerta de la pequeña caja fuerte que se hallaba empotrada en el mueble.
Los ladrones tomaron los tres mil pesos y salieron utilizando la puerta trasera cuya llave quedaba depositada sobre la mesada de la cocina.
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