El modus operandi fue el siguiente: una joven se habría presentado a la vivienda con el objetivo que la propietaria le abriera la puerta. La malviviente, para esto habría ofrecido un servicio en cuotas.
La víctima abrió el ingreso a la edificación y es allí donde se habría presentado el caco con una capucha y un arma de fuego.
La pareja una vez en la casa y con la situación bajo control, habrían revisado la misma y se habrían llevado dinero en efectivo, dejando encerrada en un cuarto a la mujer.
El hecho se enmarca en una creciente ola de delitos que vive la ciudad y que ya cobró diversas víctimas.
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