Según informó la EEA Pergamino del Inta, la soja de primera se encuentra en el estado fenológico R3 para las sojas sembradas en la primera semana de noviembre, mientras que la soja de segunda se encuentra desde el estado de emergencia hasta V4 -V5. En cuanto al estado general del cultivo, en la soja de primera se aprecia "un muy buen estado general, a pesar de las altas temperaturas y la ausencia de lluvias importantes en los últimos días, por lo cual seria importante que estas condiciones se reviertan dado que el cultivo de soja está entrando en una etapa de definición de componentes de rendimiento.
"Continua siendo importante el ataque de barrenador del brote (epinotia aporema), donde un 40 % de los lotes llegaron al umbral de control. El nivel de crecimiento alcanzado por los cultivos es superior respecto del año anterior para el mismo estado fenológico y época del año. La soja de segunda presenta una buena emergencia y desarrollo, y no se observa la presencia de enfermedades foliares hasta la fecha. En algunos lotes aislados se encuentra oruga bolillera, pero de manera muy variable y en incremento".
Por su parte el ingeniero agrónomo José Zicarelli, asesor de la Cooperativa Agrícola "La Unión" de Alfonso en el área que abarca Pinzón, Mariano H. Alfonzo, Urquiza, Juncal y Pergamino consideró: "Estamos en presencia de un año agrícola bueno; digo bueno y no muy bueno, porque si tomamos el nivel de precipitaciones nos damos cuenta que estamos hablando de un año relativamente bueno, pero no más que eso.
"En agricultura lo que influye para el éxito es el manejo del cultivo, con todo lo que implica en cuanto a conocimientos, prácticas y otros factores como por ejemplo el fundamental: las condiciones ambientales, entre ellas las lluvias. En estos momentos estamos con un déficit hídrico relativamente importante".
Para reflejar la situación, José Zicarelli señaló que en septiembre no se registraron precipitaciones; cayeron 35 milímetros en octubre, lo cual se reflejó en el rendimiento de los cultivos de invierno ya que no hubo problemas enfermedades y hubo muy buenos rendimientos en los cultivos de invierno, fruto de esas escasas lluvias. Pero eso ahora está repercutiendo en los cultivos de cosecha gruesa, es decir, en los cultivos de soja y maíz. En noviembre tuvimos 33 milímetros, en diciembre 52 milímetros, y este mes recién el 15 tuvimos 28 milímetros.
Zicarelli continuó explicando: "Entonces si hablamos de maíz, nos encontramos con maíces que alcanzaron a sembrarse en la primera quincena de septiembre con esa lluvia que había aún en el perfil del suelo, producto de lluvias de julio y de agosto. Esos maíces llegaron a diciembre y tuvieron esa precipitación, con la que florecieron y tuvieron en ese período crítico de 10 a 15 días -antes o después de la floración- una disponibilidad hídrica aceptable. Esos maíces están con una buena perspectiva de rendimiento, que son los que se sembraron más temprano.
"Pero después, al no haber precipitaciones, los que se sembraron a partir del 15, 16, 17 y 18 de octubre hoy se encuentran más complicados, más aún en esos suelos que uno denomina charqueados, que no son suelos uniformes; en esos se nota que la planta de maíz está casi hasta la mitad seca, con una espiga que aún le falta mucho para completar su desarrollo, de manera que esos maíces van a sentir esa falta de precipitación.
"Entonces nos encontramos con un mosaico de lotes sembrados temprano, que a priori uno piensa que van a estar con muy buenos niveles de rendimiento; y con maíces sembrados más tarde, cuyos rendimientos no van a ser los mismos, obviamente van a ser inferiores. "Recuerdo que hasta fin de año uno hablaba de qué rinde se esperaba de los maíces, porque realmente los productores estaban convencidos de que íbamos a tener maíces que en general podían rendir 10.000 kilos o más; pero hoy la cosa no es tan así: va a haber maíces con muy buen nivel de rendimiento y va a haber otros con un rendimiento menor por el estrés hídrico que sufrieron en la floración". -Entonces el estado general de los cultivos es bueno.
-Sí, estamos frente a un buen año agrícola. No como nos parecía porque hasta fin de año la cosa pintaba como para ser mejor, pero de continuar la situación con lluvias normales, sin exceso en el momento de cosecha, vamos a estar en un año bueno en lo que es producción física.
- La soja de primera pide agua: Respecto a la soja de primera y de segunda implantada en el Partido de Pergamino, en el primer caso ocurre algo similar a lo del maíz: "Hay lotes que fueron sembrados a fines de octubre y en los primeros días de noviembre que hoy están en una etapa crítica, es decir, están desarrollando vaina y formando granos en algunos casos, de manera que necesitan imperiosamente humedad o precipitaciones", señaló Zicarelli.
"Tomando el dato de los 28 a 30 milímetros de este mes versus zonas como Conesa, donde llovieron 80 milímetros el 15, en esos lotes la situación es distinta. Pero en esa zona donde llovió menos la soja está bastante comprometida, porque es el período crítico. Por más que se sucedan lluvias a posteriori no se compensa esa falta de agua que está sufriendo en este momento, entonces por ahí van a tener algún tipo de caída en el rendimiento.
"Después tenemos soja sembrada un poco más tarde, la que todavía está en floración, de manera que si se registraran de 25 a 30 milímetros por ahí van a poder expresar todo su potencial de rendimiento. "La soja de segunda, si bien no está en una etapa crítica, se viene desarrollando relativamente bien y no manifiesta ningún problema", concluyó el ingeniero agrónomo.
-Respecto del maíz, ¿se registraron enfermedades importantes? -En lo que hace a la parte sanitaria, prácticamente la incidencia de diatraea fue o es baja. Ha habido algo de roya en maíz, producto de las condiciones ambientales, pero desde el punto de vista sanitario estamos bastante bien; lo único que se ha registrado es algo de tizón bacteriano en soja, pero básicamente lo que más se observa en cuanto a enfermedad es mancha marrón (septoria), aunque justamente por las condiciones ambientales de falta de lluvias está restringida al tercio inferior y tercio medio de la planta, de manera que no estamos en situaciones críticas desde ese punto de vista.
Y el otro gran tema que este año generó una situación de pánico es la roya de la soja, de la que felizmente no hay presencia en absoluto en nuestra zona.
"El rendimiento económico no va a ser bueno"
Según evaluó José Zicarelli existe un tema "preocupante": el rendimiento económico, y afirmó al respecto: "No va a ser bueno, porque estaba mirando los precios a futuro de maíz o de soja, y un precio a futuro de soja es de 13,80 dólares, y un precio a futuro de maíz de 5,70 dólares el quintal. Entonces cuando uno piensa que el costo de comercialización de maíz a este precio, más o menos, es un 28 o 30 %; y en soja tenemos un costo de comercialización, a este precio también, de un 16% o un 17%, cuando sumamos labores, insumos, cosecha y comercialización nos encontramos con rendimientos de indiferencia (relación costos directos/precio de venta) que realmente son muy elevados
"Hoy para estos precios que menciono y para un manejo tecnológico normal o bueno, nos encontramos con un rendimiento de indiferencia para soja que es probable que a muchos les cause sorpresa. El rendimiento de indiferencia para una soja de 13,80 dólares, con un nivel bueno tecnológicamente hablando, es de 21,8 quintales, quiere decir que necesito 21, 8 quintales para cubrir labores, insumos, comercialización y cosecha. Se debe tener en cuenta también que hay productores que pagaron de alquiler 15 quintales, entonces si sumamos 21 más 15 da 36 quintales. Quiere decir que hay que esperar rendimientos muy altos de soja para cubrir ese costo de alquiler y costo de producción, o costo de producción sólo en caso de campo propio.
"Y el maíz, para el precio a futuro, para cubrir labores, insumos, comercialización y cosecha, estamos alrededor de los 90 quintales de costo o de rendimiento de indiferencia. "Realmente son cifras que preocupan, porque muchos productores solamente están mirando la producción y por ahí no miran estos cálculos. Este año para el sector va a ser muy duro, no va a hacer fácil para nada, porque no hay ningún indicador que señale que vaya a haber un aumento de precio, al contrario, hay soja en muy buenos estados en casi todo el país, casi diría que la zona más complicada sería la nuestra". (La Opinión)
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