Lo hará el martes 14, cuando reúna a un grupo importante de dirigentes en el complejo de Costa Salguero, en la Capital Federal. Una vez más, el Justicialismo de la provincia de Buenos Aires elige una sede en la Capital del país para realizar un acto partidario, pero en esta oportunidad habrá características diferentes. Nada de micros contratados para trasladar militantes persuadidos por hábiles punteros políticos, ni ostentación "movimientista". Sólo un encuentro de dirigentes.
De esa manera, el gobernador bonaerense dará un paso clave en su carrera política. Impulsará una versión remozada de la "renovación" justicialista, que en los ochenta se vanaglorió de desplazar a los considerados "ortodoxos", como Herminio Iglesias, Norberto Imbelloni, y todos aquellos dirigentes encaramados en la estructura partidaria.
Ahora el desafío es avanzar a favor de la conquista de espacios para un fenómeno político surgido con el estilo del presidente Néstor Kirchner: pocas ataduras a los compromisos partidarios y mucha flexibilidad para dialogar en forma directa con la sociedad, en búsqueda de una "transversalidad" que integre a distintos sectores.
Por si quedaban dudas, Felipe Solá terminó de aclarar que trabaja políticamente para Néstor Kirchner. Lo refrendó el viernes último al terminar un acto en el que se firmaron acuerdos para reactivar la producción de vagones de subterráneos en talleres ubicados en la localidad de Los Hornos.
Pero también Eduardo Duhalde reiteró su mensaje de liberar al gobernador Solá en su accionar. Una vez más el hombre fuerte del PJ bonaerense durante los últimos años dijo que se mantiene alejado de la política vernácula aunque deslizó que tanto el mandatario provincial como el actual Presidente le deben su existencia política.
UNA FIRME CONSTRUCCION
El "felipismo" es una realidad palpable desde hace tiempo. Ahora llegó el momento de fortalecer la estructura con la red de intendentes bonaerenses, lo que dará al grupo interno una fuerza de acción nueva y decisiva. Los jefes comunales son quienes mueven la actividad política en la base provincial, y la inscripción en las huestes felipistas de dirigentes históricos, como el matancero Alberto Ballestrini, son cartas muy significativas en la elaboración del futuro tablero político.
Es que los dirigentes distritales son conscientes de que su propia permanencia depende de las condiciones en que pueden desarrollar su gestión. Y tener buena comunicación con el Gobierno provincial, ayuda. Aún quedan tres años por delante para la gestión Solá y, todo hace suponer, que podría acrecentar su capital político en ese tiempo.
La administración Kirchner mantiene buenas perspectivas, y con desafíos decisivos en el futuro, como la reestructuración de la deuda y la resolución del problema del desempleo. Ambos temas están en definición por estas horas: el primero, con las negociaciones que tendrán su "día D" a mediados de enero, en tanto que en el escenario interno, la disputa salarial podría mejorar el consumo y ayudar a la reactivación tan reclamada.
En cuanto a la reunión del martes, la primera gran diferencia con las prácticas "duhaldistas" será la modalidad. Voceros allegados a la organización, son muy optimistas con la cantidad de concurrentes a la cena, que daría vida a la tan reclamada línea interna felipista en el PJ bonaerense. En los últimos siete días, esos organizadores no pararon de repartir tarjetas de invitación, en forma personal. Los presentes escucharán a Felipe Solá delinear el eje principal de su estrategia, sintetizada en un documento, cuyos puntos principales aparecerían en los diarios nacionales y provinciales al día siguiente.
LOS INVITADOS
Los protagonistas del encuentro serán los intendentes. "Los legisladores han perdido elecciones internas", se comentó en La Plata. Los "felipistas" de avanzada se animaron a detallar algunas de las presencias confirmadas. Por la región norte del conurbano, en donde están los distritos agrupados en la Primera Sección Electoral, se mencionó a Raúl Othacehé, de Merlo; a Jorge Varela, de Campana; a Juan Delfino, de Suipacha; a Marcelo Coronel, de General Rodríguez; a Humberto Zúcaro, de Pilar; y a Miguel Prince, de Luján.
Hubo quienes mencionaron a Luis Acuña, de Hurlingham, y a Andrés Arregui, de Moreno. Pero hasta el fin de semana, no habían confirmado sus presencias. Por la Segunda Sección Electoral bonaerense, habrían confirmado su presencia los intendentes de Colón, Ricardo Cassi; de Carmen de Areco, Luis Pronesti; Exaltación de la Cruz, Horacio Errazu; de Rojas, Norberto Aloe; y de San Andrés de Giles, Luis Alberto Ghione.
La lista de invitados incluye a Alberto Balestrini, de La Matanza; a Enrique Slezak, de Berisso; a Gustavo Sobrero, de Lobos; y a Fernando Carballo, de Magdalena. Desde la zona del noroeste bonaerense, en donde se agrupa la Cuarta Sección Electoral, viajarían a la Capital Federal, el intendente Ariel Franetovic, de Chivilcoy; a Gilberto Alegre, de General Villegas; a Emilio Monzo, de Carlos Tejedor; a Juan Carlos Bartoletti, de Los Toldos; a Juan Mascheroni, de Pehuajó; a Alexis Guerrea, de General Pinto; a Leonel Zacca; y a Juan Carlos Geloso, de General Arenales.
Por la Quinta Sección Electoral, en donde se agrupan las intendencias de la Costa Atlántica y el este bonaerense, se esperaba una definición en Dolores, con Alfredo Meckievi y hubo intensas conversaciones con Juan Carlos Garivotto, el hombre fuerte de los diputados duhaldistas en la provincia, que ahora evalúa cómo posicionarse internamente frente a la relación necesaria con el Ejecutivo que culminará su mandato en el 2007.
Un dato fuerte fue la mención de Rodolfo Lopes, intendente de Bahía Blanca, quien junto a los jefes comunales de Monte Hermoso, Marcelo Di Pascuale y de Patagones, Ricardo Curetti, representarían a la Sexta Sección Electoral. La representación de la Séptima Sección Electoral, estará integrada por el intendente de Roque Pérez, Hugo Oreja; de Tapalqué, Gustavo Cocconi, y de General Alvear, Aldo Sivero.
Desde La Plata, Julio Alak, viajará a Costa Salguero para reafirmar su compromiso con el proyecto kirchnerista y su apuesta a la nueva línea interna felipista, que intenta reavivar el espíritu de la renovación de los ochenta, en donde justamente Alak inició su construcción como dirigente clave para el PJ en la capital bonaerense.
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