Bicicleteada colonense
En la tierra de los misterios Los colonenses Néstor Giaramita, Carlos Cuneo, acompañados por Tete Herrera, Tati Matiasevich, Alberto Meneghin, Norberto y Diego Civitillo, Zelmar Jacquelin realizaron un osado raid ciclístico por las serranías cordobesas.
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Los aventureros utilizaron bicicletas: Zenith Toga, Zenith Manta, Zenith Acero, GT Avalanche 2.0, GT Aggresor, Vairo XR 9000, Raleigh Traverse y Signal Silverado y en dos días recorrieron 80 kilómetros. La zona por donde se animaron los colonenses está llena de historias inexplicables donde abundan personajes extraterrestes, ciudades ocultas y el elixir de la eternidad. En uno de sus vértices se encuentra Capilla del Monte y la magnifica atracción del cerro Uriturco envuelta en un halo de misterios y luces. En la otra punta se ubica San Marcos de la Sierra un pueblo donde abunda la honda de paz y amor de los años sesenta.
Los ciclistas llegaron a Cuchi Corral por donde se accede al mirador y plataforma de lanzamiento de parapentes y ala deltas. El ascenso hasta este punto los obligó a combinar corona chica con piñón grande, premiándolos con una bella vista hacia el amplio Valle del Río Pintos. Luego en un abrupto y veloz descenso penetraros a este Valle, vadeando el río Pintos y algunos de sus afluentes.
La principal característica de la flora de esta zona de Córdoba, es que se conservan diversas especies autócto- nas: espinillos, algarrobos, mistoles, quebrachos, chañares, poseedoras en su mayoría de filosas espinas, acérrimas enemigas de los ciclistas. Una buena medida preventiva para los pinchazos es la colocación de protectores de kevlar entre cámaras y cubiertas. La prueba de esto es que la única bici del grupo poseedora de tal protección, no tuvo averías. Previo chapuzón en el río Quilpo, la pequeña comarca de San Marcos Sierra (680 m/s/n/m) nos recibió apacible y sencilla.
Calles de tierra, árboles añosos y un airecito serrano cargado de tranquilidad fueron el marco ideal para ejercicios de elongación y unos mates al atardecer. La capilla de este pueblo es muy antigua, fue edificada entre 1671/ 1677 y ampliada en 1734. A solo 100 metros de la plaza se encuentra el río de San Marcos con frondosas arboledas a lo largo de su costa. La siguiente etapa comenzó con una empinada subida de 8 kms.
El camino de cornisa, que parecía conducirlos al mis- mísimo cielo, los maravillaba con el imponente panorama hacia el pueblo que dejában atrás y el embalse de Cruz del Eje. Según el comentario de un ciclista local, la cuesta es tan brava que en partes dan ganas de agarrar la bici y tirarla por el precipicio. Realmente no exageraba demasiado.
Pero como por lo general, después de la tempestad reina la calma; lo que sigue a una gran subida es la bajada. De este modo, luego de 25 kilómetros, llegábamos a Capilla del Monte (979 m/s/n/m) disfrutando al máximo de nuestras maquinas de dos ruedas. Mas tarde, a bordo de la camioneta, buenos momentos, amenas anécdotas y proyectos de nuevas aventuras ocuparon el tiempo del regreso a casa.
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