Pueden ser 5, 10 ó 20 pesos, la cifra varía de acuerdo al médico; lo que no cambia es la práctica habitual en el interior bonaerense del cobro indebido de un «plus» a los afiliados de la obra social más grande de la provincia, el Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA), que nuclea a un millón y medio de personas, entre docentes, policías, empleados públicos y voluntarios. Esta situación recurrente motivó a la obra social a lanzar auditorías intensivas y en sólo dos distritos ya dieron de baja a 58 profesionales. El IOMA tiene tiene tres categorías de bonos de consulta: A (2,50 pesos), B (8,50) y C (14,50). La práctica ilegal consiste en gravar al paciente con una suma de dinero extra al bono; por ese plus el paciente no recibe un remito y en general tampoco cuestiona la modalidad, o bien desconoce que no debe pagar más que el bono de consulta o teme ofender a su médico con el reclamo.
El director general de la obra social, Daniel Burgos, precisó a DIB que en la actualidad los pagos de la mutual a los profesionales se manejan con un mes o dos de retraso como máximo y por cada bono la mutual paga al profesional A.$13,20; $19,20 por el bono B y $ 25,20 por el C.
Cobro ilegal
Para Burgos el tema del «plus» se generalizó a partir de la crisis socioeconómica de fines de 2001 debido a que IOMA se atrasó muchísimo con los pagos y eso permitió a los médicos «autojustificar» su práctica. «Sucede que ahora no existen las moras en los pagos y los médicos mantienen el argumento de que la obra social les paga poco y aunque sería justo que la bonificación por consulta fuera mayor el paciente no debería sufrir las consecuencias», explicó.
El cobro de un plus es ilegal y el paciente tiene derecho a denunciar al médico a través de la página de Internet:
www.ioma.gba.gov.ar; en el link «denuncia» se especifica que el afiliado no deber pagar ningún adicional al bono de consulta con la categoría de cada profesional, caso contrario debe exigir factura. Como lo habitual es que no se entregue factura la denuncia se hace con los datos del damnificado y se explica quién es el denunciado.
Si IOMA recibe tres denuncias de pacientes de un mismo profesional argumentando la modalidad, se inicia un expediente contra el médico que puede llegar a 15 meses de suspensión de la obra social. Junto con la baja del sistema de prestación, el profesional será sometido a una posible sanción ética del organismo que controle la rama en la cual se desempeña, con probabilidades de llegar a perder la matrícula, algo que en la práctica no es habitual.
Burgos es contundente: «Es verdad que durante mucho tiempo el IOMA no hizo los controles correspondientes y eso motivó a los profesionales a trabajar prácticamente sin dar explicaciones, de todos modos eso no justifica que tengan derecho a esa irregularidad».
Control interno
Para contrarrestar este panorama la obra social puso en marcha un sistema de audi- toría interna que se realiza en forma conjunta con las asociaciones y colegios que nuclean a los profesionales. Es decir, en el caso de los médicos se hacen auditorías con el Colegio de Médicos y en los odontólogos con la Sociedad Odontológica y otras prestadoras. Desde la entidad se cree que con las auditorías va a haber un control muy estricto de los que cobran plus indebido. Las auditorías se llevan a cabo a partir de las denuncias y un dato alentador es que se dieron de baja a 58 profesionales sólo en Tandil (pertenece a la delegación regional del IOMA con cabecera en General Puey rredón) y en Navarro (con cabecera en Saladillo). La prioridad para llevar adelante las auditorías es el número de denuncias que la obra social, a través de su página de Internet o de distintos colegios de médicos, va recibiendo.
Cuando la entidad recibe denuncias de un mismo distrito, el IOMA central envía a un equipo de entre 15 y 20 auditores a la localidad y registran a todos los prestadores. En el caso de Navarro fue el propio Círculo Médico de la ciudad que presentó una denuncia contra los propios médicos y hubo una baja muy importante de prestadores.
Mauricio Esquinazi, presidente del Colegio de Médicos de la provincia considera totalmente irregular la práctica y violatoria de la ética médica. Y agrega: «El convenio con el IOMA no es satisfactorio en cuanto a atrasos en los pagos y monto por prestación, pero cualquier médico está en su derecho de resolver separarse de la obra social y establecer que atiende sin bono y por un precio que le resulte conveniente».
Aunque la práctica de cobrar «plus» es «trucha» la gente casi no denuncia ante el círculo médico local y «de algún modo en aquellos municipios que es vox populi que la mayoría cobra, parecería que la entidad colegiada está mirando para otro lado», denunció Esquinazi, a cuyo criterio, el profesional que utiliza esta práctica estafa al Fisco y a sus propios pacientes y eso viola su ética médica.
El director del IOMA a cargo de la región con cabecera en Olavarría (que nuclea a 10 distritos del centro de la provincia), Amílcar Tigri, señaló que recibe algunas denuncias por el cobro indebido de la prestación, pero muchas menos de las que seguramente ocurren, y explica: «En las ciudades chicas se genera una relación muy estrecha con el médico y a la gente le resulta violento denunciar a su médico», y agrega que en la región que él preside que abarca a más de 72 mil afiliados sólo dos profesionales están separados de la obra social. Aunque aclara a los afiliados que la única manera -aunque burocráctica- de depurar el padrón es a través de la denuncia.
La Obra Social del IOMA En la provincia de Buenos Aires hay casi 35.000 médicos que trabajan para IOMA, la obra social que abarca al 10 por ciento de la población. El presupuesto anual es de 700 millones de pesos cuyo reparto recae, entre otros conceptos, en «prestaciones médicas en un 25 por ciento, clínicas en un 26 por ciento, medicamentos en un 20 por ciento, bioquí- micos en un 5 por ciento, y prótesis en 7 u 8 por ciento»
En 2003, en la provincia se hicieron 11.000 internacio nes mensuales, 400.000 recetas mensuales, 550.000 consultas médicas y 60.000 atenciones odontológicas mensuales
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