Se trata de un joven de 21 años, apodado "Chavo", sobre quien pesa un frondoso prontuario, entre ellos robos calificados, abusos de arma, evasión y delitos menores.
La detención se produjo mediante la acción riesgosa y efectiva de un suboficial de Policía, numerario de la Comisaría Tercera, quien circunstancialmente pasaba por el lugar donde el delincuente había cometido un atraco.
Fue en la zona de Marcelino Ugarte y Nicolás Repetto, ya que este peligroso sujeto había asaltado, a punta de pistola, el corralón de materiales para la construcción de la firma R. y E. Natali, ubicado en Marcelino Ugarte y Ecuador, de donde había logrado llevarse alrededor de 1.500 pesos en efectivo.
Hasta allí había llegado en un remis, a cuyo chofer le habría indicado que lo esperara. Luego de cometer el robo, volvió hasta el automóvil, un Fiat Duna color blanco, y le indicó al remisero que continuara su marcha.
A todo esto, los propietarios del corralón salieron tras él y en esos momentos un móvil policial pasaba por el lugar, escuchando el uniformado el alerta vía radial sobre lo que acababa de suceder y además le fue indicado en qué automóvil se había fugado el asaltante, por lo que a los pocos metros, exactamente en Marcelino Ugarte y Nicolás Repetto, interceptó al Fiat Duna.
En ese momento, aparentemente el delincuente habría amenazado con su arma al chofer del remis, ante lo cual el policía habría decidido dispararle, hiriéndolo en la pierna derecha. Afortunadamente fue el único disparo que se habría producido, ya que una vez herido, el sujeto se entregó. Por ello fue esposado y trasladado luego en una ambulancia hacia el Hospital San José, donde quedó internado en calidad de detenido.
El arma que tenía en su poder el delincuente es una pistola Pietro Beretta 9 milímetros, que se comprobó pertenecía a un comisario de Policía, a quien le fue sustraída tiempo atrás. Tenía una bala en la recámara y otras en el cargador, todas blindadas en teflón, lo que constituye algo así como una munición letal.
El sujeto aprehendido es uno de los evadidos de la última fuga que se produjo en la Comisaría Primera. Estaba detenido por las lesiones graves que le produjo al encargado de un bar ubicado en avenida Julio A. Roca y Alberti al dispararle con un arma de fuego, hace unos tres meses. En esa oportunidad fue aprehendido a las pocas horas en la zona de una bailanta. Luego se fugó de los calabozos, en compañía de otro sujeto que pudo ser recapturado en forma inmediata. A los pocos días los investigadores dieron con su paradero, en las 512 Viviendas, y a pesar de un gran cerco que realizó la Policía, logró escabullirse a los tiros.
Desde entonces no se sabía sobre su paradero, hasta que ayer, si se quiere en forma fortuita, un efectivo policial se interpuso en su camino y escribió otro renglón de esta historia.
Además del robo calificado al corralón de Natali, se le imputó un hecho similar ocurrido anteanoche en un locutorio de la zona del Cruce de Caminos y otros robos sucedidos últimamente.
El segundo jefe de la Departamental, comisario inspector Terrer, se puso al frente del operativo, al cual también llegaron peritos de Policía Científica, a cargo del comisario Sergio Torcigliani.
El fiscal Mario Daniel Gómez tomó a su cargo la investigación y también estuvo en el lugar de los hechos.
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