Ahora esas instituciones deberán hablar de sexo, tal como se hace en las escuelas públicas. Fuerte oposición de la Iglesia. En Colón la normativa abarcará al Instituto Monseñor de Andrea y el Escuela Santa Marta.
Técnicamente, un decreto reemplazó a otro. Pero no es simplemente una cuestión burocrática. La modificación implica que de aquí en más, todos los colegios del Polimodal, públicos y privados de la provincia de Buenos Aires, incluidos los religiosos, tendrán que enseñar educación sexual a sus alumnos, según los lineamientos fijados por la ley de Salud Reproductiva y Procreación Responsable.
La oposición de la Iglesia Católica a esta ley demoró más de un año su reglamentación. En principio, la Legislatura bonaerense aprobó el 26 de julio de 2003 el proyecto que contemplaba la enseñanza sobre, por ejemplo, métodos anticonceptivos en los colegios que no son estatales.
Sin embargo, algunas semanas más tarde, Solá, a través del decreto 938, vetó dos artículos: el 7, referente al dictado de clases de educación sexual en las escuelas privadas, y el 9, que establecía que los municipios deberían adherir por ordenanza a la iniciativa provincial. Eso dejaba a criterio de cada establecimiento religioso dictar o no clases sobre sexualidad.
Pero la Legislatura, en marzo último, insistió con su posición. Y el capítulo final se cerró, con otro decreto (el Nº 538) publicado en el Boletín Oficial, que en realidad tiene fecha del 19 de marzo pero estuvo en el freezer casi siete meses.
En la resolución final, el Gobernador bonaerense reglamentó los artículos que él mismo anteriormente había vetado. ¿Qué implica esto? Que de manera automática, desde esta misma semana, los colegios privados tienen la obligación de cumplir con una ley cuyo eje gira sobre la prevención en la transmisión de enfermedades, o de embarazos no deseados en adolescentes, a través de la educación sexual, y en el reparto de anticonceptivos, que debe implementarse en los hospitales públicos.
Anticonceptivos
Tal cual lo indica la norma de Salud Reproductiva y Procreación Responsable, que lleva el número 13.066, las clases en las escuelas sobre sexualidad deberán incluir como capítulo central la enseñanza de los métodos anticonceptivos y contraconceptivos, es decir dos de los puntos más resistidos por la Iglesia.
La posición de la Iglesia Católica es que esa decisión «contraría el principio de libertad religiosa imperante en la Provincia, porque quien, por ejemplo, asistiera a un establecimiento privado de educación católica se vería obligado, contra su voluntad y más, contra la de sus padres, a participar en temas que pudieran entrar en conflicto con sus creencias».
Esta argumentación formaba parte del veto al que inicialmente recurrió Solá. Cuando el proyecto se sancionó, hubo muchas escuelas católicas platenses que rechazaron la ley y acusaron al Estado bonaerense de «coartar la libertad de enseñanza».
La reacción tiene un argumento que parece lógico, teniendo en cuenta que tanto la Iglesia argentina como el Vaticano condenan el uso de cualquier método anticonceptivo que no sea «na- tural». Sin embargo, en el proyecto oficial se hace hincapié en los beneficios que aportan los objetivos del programa.
Y entre ellos se nombran los siguientes:
*Disminuir la morbilidad materno infantil.
*Prevenir, mediante información y educación, los abortos; *Otorgar prioridad a la atención de la salud reproductiva de las adolescentes, en especial a la prevención del embarazo adolescente y la atención de las jóvenes embarazadas;
*Informar, otorgar y prescribir métodos anticonceptivos transitorios, reversibles y no abortivos.
La norma también obliga al IOMA a incorporar dentro de su cobertura «las prestaciones médicas y farmacológicas referidas a los métodos conceptivos y anticoncep- tivos».Pero, en realidad, la principal polémica pasa por la obligación de hablar sobre sexo.
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