La tercer etapa del plan de seguridad provincial esta en marcha. Las 18 Jefaturas Departamentales tienen fecha de defunción. Su desaparición está prevista en el marco de la tercera etapa del Plan Trienal de Seguridad, y aparece estrechamente vinculada con la fase de descentralización que comenzará a aplicarse antes de fin de año.
¿Cuál será el cambio más visible? Cada municipio tendrá su propia policía, dotada de un mayor grado de independencia y con un jefe por distrito.
El nuevo esquema, no se ajusta sólo a las ciudades con menos de 70 mil habitantes, es decir las que están habilitadas por ley para adherir a la llamada Policía Comunal. En este sentido La Plata también tendrá una policía propia, más chica, y con un jefe que sólo se dedicará a atender cuestiones vinculadas con la seguridad de la capital provincial.
La modificación obliga a realizar un cambio en la Ley 12.155, que es la que define las estructuras y los objetivos del denominado Plan Trienal. Por ese motivo, el ministro de Seguridad, León Arslanián, se encuentra ultimando los detalles del borrador que enviará en las próximas semanas a la Legislatura bonaerense. Ese fue uno de los temas que se conversó en las dos reuniones que mantuvo con el gobernador Felipe Solá durante la última semana.
Las policías
El futuro esquema, presenta características similares al sistema que rige en Estados Unidos. Hay una denominación clave que sirve para ir delineando el futuro de la Bonaerense: la “Policía de Condado”. En aquel país coexisten tres esquemas policiales: las fuerzas de distrito, la policía estatal y el FBI. En cada ciudad estadounidense funciona un cuerpo de seguridad que es manejado por el alcalde y, a su vez, la comunidad elige un sheriff que se renueva cada cuatro años. La misma modalidad se viene implemen- tando en la Provincia con los municipios que tienen menos de 70 mil habitantes, aunque los jefes policiales de cada comuna recién podrán ser elegidos por voto popular a partir de 2007. Por estas horas, Arslanián está terminando de definir los detalles para las grandes ciudades que no estén ubicadas en el primer y segundo cordón del Conurbano.
En el 2005, y en el territorio bonaerense, además de estar funcionando la Policía Buenos Aires II (que cumplirá funciones en esos distritos) y casi en paralelo a la aparición de las policías comunales, que actuarán en las localidades más chicas, se sumará una fuerza distrital que tendrá su lugar de acción en ciudades como Mar del Plata, Bahía Blanca, Tandil y en la capital provincial, por citar algunos casos El escenario lleva implícito varios cambios. Por ejemplo, las comisarías en toda la Provincia dejarán de funcionar como tales, para convertirse en estaciones policiales. “Allí no se harán más trámites ni habrá presos”, anticiparon desde la cartera de Seguridad.
Esto quiere decir que “dejarán de ser sitios con alta dosis de burocracia” para convertirse en “un lugar de paso”, donde los uniformados sólo se reportarán, dejarán sus armas, pero no cumplirán funciones administrativas ni de custodia.
Cada estación tendrá por lo menos un oficial patrullero, que realizará tareas de prevención y aprehensiones; un sargento, que se encargará del mapeo delictual y tareas vinculadas con el patrullaje, encargado de turno de la dependencia; un teniente, que será el encargado de dar las órdenes diarias, de supervisar y administrar la estación; y un capitán, que cumplirá el rol de responsable máximo y se encargará de diseñar la táctica de cada dependencia.
Objetivos
La idea oficial es que, en cada municipio bonaerense, la policía pueda ser responsable hasta de hacer cumplir las ordenanzas locales, como sucede en Estados Unidos. Y la descentralización permitirá que haya una mayor presencia policial en los grandes centros urbanos, porque liberará a una buena cantidad de uniformados de cumplir tareas burocráticas. En Seguridad prevén que el cambio se podrá palpar, porque aseguran que el número de policías “desperdiciados” en funciones secundarias supera los cálculos que se venían haciendo hasta el momento.
La gran mayoría de ellos deberá salir a la calle para cumplir sobre todo con tareas de prevención del delito. Cuando se profundice la descentralización, la cartera que conduce Arslanián aportará los sueldos de los agentes, su capacitación, el armamento y la atención de la salud de los efectivos.
Pero el objetivo es que la fuerza pueda “autoabastecerse”. De allí surge una de las razones para que cada ciudad tenga su propia policía, con un jefe con alto grado de autonomía, y “al que todos los vecinos conocerán”. Sin embargo, según se advirtió, pese a este esquema descentralizado, las políticas globales en materia de seguridad “serán definidas por el ministerio, sin excepción”. Y eso implica que cada responsable deberá rendir cuentas periódicamente.
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