Tres delincuentes durante la madrugada del lunes ingresaron a la casa del médico Carlos Nazareno Gaspard.
En la vivienda se produjo un tiroteo , en el cual resultó herida en una pierna la esposa del médico y, dos de los cacos recibieron lesiones, uno en la zona pulmonar y otro en uno de sus miembros inferiores.
El hecho comenzó durante la madrugada en el chalet que habita la familia Gaspard, ubicado en bulevar Liniers e Italia de Pergamino.
Tres delincuentes encapuchados lograron ingresar a la vivienda tras violentar una ventana que da a un amplio y frondoso patio, y aparentemente permanecieron en la planta baja sin hacer ruidos, ya que en la parte superior de la propiedad estaba descansando el matrimonio Gaspard con fuertes medidas de seguridad que hacia inaccesible el acceso a las habitaciones y la caja fuerte.
A la madrugada llegó a la casa una de las hijas, fue tomada como rehén y con ella consiguieron acceder a las habitaciones superiores.
En un momento dado Gaspard tomó un revólver y disparó a uno de los delincuentes, hiriéndolo en la región pulmonar. La inmediata respuesta de éste fue contra la mujer, a quien hirió en una de las piernas.
Tras ese enfrentamiento, los malhechores se dieron a la fuga, y Anabel, que estaba en la planta baja y se había podido apoderar de un revólver, les disparó cuando los ladrones habían emprendido la retirada y, según su versión, hirió a otro en uno de sus miembros inferiores.
Los estaban esperando
Un dato interesante del caso es que la familia Gaspard estaba sobre alerta respecto a que era inminente un atraco en su casa y por eso habían extremado las medidas de seguridad, especialmente en la planta alta, donde están las habitaciones «herméticamente cerradas».
El doctor Gaspard reveló que Santos Damián Ricabarra -el joven que está detenido bajo el régimen de arresto domiciliario, quien confesó ser el autor del robo en la casa de Hugo Tamer y sindicó a la ex comisaria Susana Lepanti como autora intelectual del mismo- le había manifestado a su hija Anabel que se estaba planeando un asalto a su domicilio.
El hecho finalmente sucedió y con un trabajo de inteligencia muy afinado, pues los delincuentes que actuaron sabían absolutamente todos los movimientos de la casa y los lugares donde supuestamente estaban el dinero, las alhajas y las armas.
El cerebro
El doctor Carlos Nazareno Gaspard, dijo»hacía dos meses que sabíamos que se había programado un asalto a nuestra casa y habíamos tomado los recaudos del caso, pero siempre aparece un imprevisto, como que ignorábamos que iban a tomar a mi hija de rehén y con ella pudieron llegar a nosotros, ya que de otro modo no iban a poder llegar a nuestra habitación.»
«Pero además hay un cerebro en Pergamino que está manejando a todos estos delincuentes jóvenes imberbes y miedosos -porque tenían más miedo ellos que nosotros- para que cometan este tipo de delitos, ya que conocían absolutamente el lugar donde estaban las armas de la casa, y esos datos se logran sólo si hay un trabajo de inteligencia previo.»
«Cuando al joven Santos Damián Ricabarra lo mandaron a asaltar nuestra casa, se negó porque era conocido de mi hija, pero dijo algo que a mí me llamó la atención, y fue que iba a reventar a la persona que lo estaba usando para cometer los delitos, si a él lo detenían...»
La reconstrucción
La reconstrucción de los hechos del denominado caso Tamer-Lepanti fue realizado por la Justicia en la noche del jueves. La medida judicial se realizó de esta forma para evitar aglomeración de curiosos y la presencia de medios periodísticos.
Luego del procedimiento las fiscales Victoria Mariani y Patricia Fernández deberán trabajar sobre pericias, fotos y filmaciones y llegar a una conclusión sobre lo sucedido en la casa de la subcomisaria Susana Lepanti.
Cabe recordar que también existe un allanamiento en la vivienda de la policía y donde se secuestro una prenda (sería intima), un teléfono celular y se realizó en situ la comprobación de algunos aspectos de la edificación. La única mujer que llegó a ocupar la jefatura de una comisaría en la Departamental Norte, niega que el malviviente Ricabarra, luego de robar a Hugo Tamer (h), se haya escondido en el interior de su vivienda.
Sin embargo las fiscales actuantes en la reconstrucción tendrían fuertes indicios para dar total veracidad a la denuncia de Tamer. El denunciante señaló que la mujer policía ocultó al ladrón.
En este sentido, la Justicia comprobó que la vivienda de Lepanti ofrecería lugares aptos para que una persona se esconda, sin que desde el exterior se lo pueda divisar.
Según trascendió, el relato de Tamer coincide con los pasos de la reconstrucción. Respecto a las declaraciones de los efectivos del Comando que aquella noche tomaron intervención serían coincidentes, (a pesar que no estubieron presente porque los asiste la posibilidad de negarse a participar de la reconstrucción de los hechos)
La única diferencia que existiría sería la cantidad de disparos efectuados desde el interior de la vivienda por Lepanti, ya que para unos fueron cuatro y para otros cinco, pero esa diferencia no variaría en absoluto la hipótesis de los fiscales, ya que tendrían en claro en que dirección fueron los disparos y el peligro que corrió Tamer.
En tanto el defensor de la mujer policía es el ex juez Juan Carlos Marchetti que estuvo en el sitio de la reconstrucción y estaría preparando la defensa de la imputada. El caso
Hugo Tamer (h) padeció el robo de su vivienda y persiguió a un delincuente y al llegar al domicilio de la subcomisaria Susana Lepanti se produjo una confusa situación con varios disparos al aire. Hugo Tamer hizo la denuncia contra los efectivos policiales, y en especial contra la oficial Lepanti, titular en ese momento de la Comisaría Segunda de Pergamino.
La casa de la familia Tamer, ubicada en Chiclana al 100, había sido víctima de un robo y el joven debió soportar momentos de extrema peligrosidad, producidos por los disparos efectuados por la mujer policía.
La acusación
El delincuente detenido de apellido Ricabarra, e imputado de ser autor del robo en la casa de Hugo Tamer, confesó la autoría, y además habría declarado que fue la propia subcomisaria Susana Lepanti la que le «marcó» la casa donde debía ir a robar, y que había aportado datos sobre el auto en que se movilizaba el hijo de Tamer, y de donde fueron robadas las llaves de la vivienda, con lo cual habría hecho partícipe a la oficial de ese hecho delictivo.
El ladrón tras fugarse de la casa de Tamer, se dirigió a buscar amparo a la vivienda de Lepanti, y habría manifestado que tras el incidente entre la subcomisaria y Tamer, el resto de la noche lo pasó en ese domicilio, permaneciendo hasta el día siguiente.
En el marco de su declaración habría descripto algunas características de la vivienda, destacando que mientras estuvo en el interior de la misma no fue mucho lo que pudo ver, pues permaneció con una capucha.
No obstante habría declarado que había visto una vitrina, un par de cuadros y dos vehículos que estaban guardados en la propiedad. También habría declarado que con la subcomisaria se comunicaban a través de teléfonos celulares. En cuanto a la vitrina descripta y los autos, quienes realizaron el allanamiento habrían podido constatar la existencia, no así la de los cuadros.
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