Una anónimo escrito a máquina y presentado en en el Juzgado de Garantías del renunciante magistrado Emil Jalil, se está transformando en el dibujo de un mapa de la corrupción policial en la Comisaría de Colón.
La causa judicial llevada adelante por el fiscal Mario Daniel Gómez, tiene más de 100 páginas y ya han declarado más 20 personas en su mayoría uniformados.
En relación a este proceso el Ministerio de Seguridad pasó a situación de disponibilidad al comisario inspector Raúl Borruel y el comisario inspector Jorge O’Rourke. Los policías eran el 1 y 2, en la cadena de mando de la Departamental Pergamino.El efecto dominó del anónimo parece no encontrar la última ficha.
En las declaraciones de los policías se entrelazarían relaciones sexuales con presas, hurto de repuestos en autos secuestrados y que eran dejados en los fondos de la Comisaría, uso indebido de horas cores (extras policiales) y vales de naftas.La comisaría de Colón fue allanada en dos oportunidades.
En el primer procedimiento ( ver pasada edición) estuvo presente el propio fiscal Mario Gómez que realizó una inspección “en situ” de los calabozos donde se alojaban las presas, el despacho del comisario y la zona alta de la edificación, donde se encuentra el dormitorio del comisario a cargo.
En el segundo allanamiento que habría sido realizado el martes, la secretaría del Juzgado habría secuestrado documentación que avalaría los dichos de testigos que declararon en la causa judicial.
El Fiscal Gómez, trabaja desde hace un mes en una serie de irregularidades que presenta la Comisaría local y que amenaza convertirse en un “agujero negro” que puede arrastrar a más policías.
En el día de hoy y por orden de la Fiscal General Dra. María Rava de Zorzi, y debido a la entidad que está tomando la denuncia judicial, las resoluciones serán firmadas en conjunto por los fiscales Mario Gómez y Guillermo Villalba. El Juez de Garantías subrogante del Juzgado Nº 2, Dr. Emilio Aboud puede tomar en el corto plazo decisiones de envergadura.
Cabe destacar que el pase a disponibilidad de los jefes policiales Bourrel y O Rourque, es una prerrogativa del Ministerio de Seguridad que dirige León Arslanian y se debe a un sumario interno que lleva adelante la fuerza de seguridad. Los andenes
Uno de los andenes que tiene la megacausa, gira en la relación que pudieron tener oficial de policía con una presa. La detenida a cambios de favores sexuales habría recibido contrapres taciones. La mujer habría mantenido los encuentros en los altos de la edificación de 51 y 18. La presa en estos momentos ( habría declarado) es sometida a pericias físicas y psíquicas
En cuanto a las autopartes sacadas por el policía acusado se habría realizado en un Fíat Duna. Esta parte de la historia podría ser singular, debido a que el auto afectado a su vez estaría armado con partes de otros autos robados en San Fernando, Morón, Pilar, Junin y habría sido secuestrado de un taller de Colón.
En cuanto a la problemática de los vales de nafta y las horas cores -entre otras irregularidades- habrían sido mencionadas en las declaraciones de los policías citados por Mario Gómez. La depuración
El caso de Colón es emblemático para la policía que quiere el gobernador Felipe Sola y el ministro de Justicia León Arslanian.
La policía bonaerense parece estar “cortada” transver salmente por policías jóvenes y de bajo rango que quieren “despegarse” de los casos de corrupción.
En el marco “histórico” que vive la fuerza se debe rescatar la participación valiosa de efectivos colonenses que están “desplazando” a policías sospechados de corrupción.
Nunca antes como en esta causa judicial se muestra este fenómeno. En Colón siempre hubo “maquillajes” que duraron poco tiempo.
Los policías que caían sospechados de corrupción eran de bajo rango y se los “trasladaba” a otras ciudades bajo sospechas de pequeños delitos cometidos. Nunca se atacó la corrupción de fondo. El efecto dominó comenzó y en cada declaración se avanza hacia un esclarecimiento total.
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