Los ciudadanos de Colón preguntamos porque las autoridades municipales (en cualquier época) no actúan previniendo situaciones no queridas para el conjunto de la sociedad.
El ejemplo es archiconocido. Una noticia cíclica en los últimos diez años en todos los medios de la ciudad es la granza. El particulado se desprende de las plantas de secado y almacenamiento de distintos cereales y se desparrama literalmente sobre barrios periféricos y áun a pocas cuadras del centro de la ciudad. Los trastornos para las personas son diversos.
Causa alergias, problemas en el tracto respiratorio (cáncer incluido) viviendas invadidas por el polvo y gruesas partículas que muchas veces parecen una tenue nevada y que no permite una vida normal en muchas familias. El Estado (en este caso el municipio) debe velar por la salud de estos ciudadanos a través de políticas preventivas (Legislativas y Ejecutivas)
En nuestra ciudad, el almacenamiento de granos quedó con plantas radicadas en su gran mayoría en el interior del trazado urbano. Los precios internacionales aptos en el sector agrícola hará que en la próxima década se deban tomar medidas preventivas para que la denominada granza en época de cosecha (soja, maíz, girasol) no sobre vuele y perjudique a los colonenses. El “martirio” de la granza se vive periódicamente en el barrio Barracas y Rivadavia -entre otros- y el corriente año por determinadas variables económicas será aún peor.
Ya no flotará solamente granza de la soja ( molesta y tóxica) aunque con menos “penetración” visual, debido a su color claro. La granza de maíz será la reina de la temporada. La mayor superficie sembrada de este cereal por precios favorables y su color rojiza molestará aún más a nuestras amas de casa y habrá una catarata de quejas.
Sin embargo en todos estos años no se a visto (ni ahora tampoco) los trabajos de fondo que debe realizar el Estado. La labor más simple para enfrentar con éxito a la granza es la barrera de árboles. La metodología es usada hasta el cansancio con un gran resultado en otros distritos que tienen la misma problemática.
En nuestra ciudad una solución tan efectiva brilla por su ausencia. La historia local de los grandes desaciertos muestra un falta de planificación preocupante. Un hecho sobra como muestra. El intendente Oscar Centani (1991 a 1995) hizo podar sin consultar a nadie los eucaliptos de plaza Mitre.
La medida agravó aún más la situación de los vecinos del sector que fueron privados de la única barrera natural contra el particulado que invade la ciudad. A partir de l995, la granza molestó más que nunca. Muchos metros cuadrados de follaje que no permitían la expansión del particulado fueron arrancados en pocas semanas por un “ capricho”.
Cabe destacar que en Colón existe árboles plantados en distintos sectores, pero no se observa un proyecto para delimitar ambas márgenes de las plantas de almacenamiento y secado que aún están instaladas en la ciudad.Las empresas no pueden ser llevadas a otros lugares, y es propiedad de las autoridades municipales y provinciales evitar, mitigar y minimizar el impacto ambiental que tiene sobre los ciudadanos el particulado de los cereales.
La normativa
El Decreto 890/98 firmado por Eduardo Duhalde es claro. Las playas de estacionamiento para camiones dentro o fuera del establecimiento debe ser de dimensiones adecuadas al número de vehículos que habitualmente operan en la planta, evitando así el estacionamiento en espera de carga y descarga dentro del radio o ejido urbano.
En cuantos las secadoras de cereal deberán equiparse con jaulas de malla fina, u otros medios de captación de polvillo y granza que impidan que estos lleguen al exterior. Los sistemas de ventilación o aireación de granos, distribuidores de trasvase, carga y descarga, deberán equiparse técnicamente para evitar la salida al exterior de granza y polvillo.
La zona de carga y descarga de camiones o vagones deberá confinarse en un espacio totalmente cerrado y provisto de un sistema de aspiración con ciclones, filtros u otros medios, que permitan la captación y recolección del material particulado, polvillo y granza evitando su salida al exterior. Deberá preverse la instalación de detectores de temperatura y sistemas de aireación u otros medios a fin de evitar riesgo de explosión.
El estudio
En el manejo de granos el mayor inconveniente que ocasiona el acopio de cereales es el polvillo que se libera cuando se producen las tareas de carga, d e s c a rga, secado y limpieza de granos. Este material particulado que llega al exterior se debe a la falta de un buen sistema de filtros que retenga estas partículas. Este material particulado más los posibles ácaros presentes en él pueden actuar como alergenos, produciendo reacciones alergénicas en personas sensibles.
En resumen, esto implica una contaminación del aire, producto del material esparcido desde los silos sobre la población. Medir los efectos de la granza sobre los humanos expuestos implica utilizar un indicador de éstos que permita establecer la incidencia que tiene sobre la salud humana.En Marco Juárez se realizó un trabajo sin precedentes para determinar el perjuicio de la granza.
Se entrevistó a un total de 129 individuos de ambos sexos (90 varones y 39 mujeres) residentes cercanos a una planta de acopio de cereales (silos) que tiene un número de habitantes similar a Colón Entre los encuestados se hallaban personas que trabajan en los silos. En la encuesta se preguntó la edad, sexo, domicilio, ocupación, sín tomas respiratorios: tos, disnea, silbilancias, obstrucción nasal,estornudos a repetición y otros.
De las personas entrevistadas se seleccionaron 67 individuos que manifestaron tener algunos de esos síntomas. É s t o s fueron agrupados de acuerdo con su residencia cercana al silo, tomándose tres categorías a lo que se le denominó grado de exposición a) los que trabajan en la planta, b) los que viven a menos de tres cuadras del silo, y c) los que viven entre tres y diez cuadras del silo.
Los signos clínicos que se consideraron positivos fueron para aquellas personas que presentaron uno o más síntomas relacionados con la alergia. Las personas estudiadas sufrían alergias, problemas en las vías respiratoria y otras consecuencias.
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