Ahora resta saber si el valor del ojo podrá ser determinado y bajo que parámetro. El problema para la justicia pergaminense -si el caso continúa- será de difícil resolución. Las preguntas en torno a la causa abierta abundan y seguramente demandarán de los protagonistas, un enfoque filosófico que podría abordar la “vieja” pero siempre actual teoría trilateral.
En este sentido, ¿Cual es el verdadero impedimento del perro de caza si actúa con un ojo o dos? ¿Su rendimiento en el campo será menor? ¿Podrá detectar a las perdices? ¿ A las liebres perseguidas por el can le será más fácil escapar de sus garras? ¿Cuál será el verdadero perjuicio que tendrá el dueño y cual será la pena que le corresponderá al demandado?.
En cuanto al sentimiento afectivo del dueño por observar al perro debilitado en su potencia de caza: ¿Se podrá medir por el sistema de pesos y medida o corresponderá el pulso telefónico?. Cabe destacar, que este último no se sabe bien a que sistema responde y es tan misterioso como puede ser el fallo determinando el valor del ojo de un perro.
Según pudimos saber, hace una semana el demandante prestó declaración en sede judicial, por una causa abierta donde un perro de su propiedad recibió un disparo en un ojo y perdió el mismo. El perro herido fue sujeto a las pericias que fueron debidamente pedidas por la UFI interviniente y realizadas por profesionales veterinarios.
Como se recordará, la causa judicial quedó abierta en junio de 2003, y ya comenzó a engrosarse con testimonios de propietario, pericias y demandado. En esa oportunidad un hombre habría ingresado a un predio cercano a la planta Cargill con sus dos perros de caza. A los pocos minutos, habría sentido una voz que le indicaba que se aleje del lugar, porque era propiedad privada.
El denunciante y sus canes regresaron y cuando iba a cruzar el alambrado perimetral, escuchó el sonido de disparos. Al mismo tiempo uno de los perros que lo acompañaban profirió un ladrido de dolor. La bala le habría pegado en un ojo. La puntería del dueño de la propiedad sería formidable. La única parte que el proyectil tocó fue el ojo y además ( esto es lo difícil) lo tomó de costado, por lo que no hubo ingreso de bala al cráneo ni ningún otra herida.
Un profesional realizó las respectivas pericias y la causa judicial siguió su curso.
Ahora la supuesta víctima a través de su propietario (si hubieran llamado a testimoniar al perro sería un caso para el libro Guines) fue citado a declarar nuevamente por lo que se espera un arreglo extrajudicial.
¿La causa llegará a Juicio Oral y Público?
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