Son los números más rotundos del fracaso de una dirigencia que nos gobernó en los últimos veinte años. La escuela debe preparar para la vida, el trabajo y la democracia. Miles de chicos de las nuevas generaciones de argentinos jamás tendrán la libertad que da esas tres premisas.
Una nación puede atravesar las mayores crisis económicas, sin abandonar un proyecto educativo que sirva para el despegue económico, social, cultural y libertario.
La Argentina tenía una ventaja inigualable y difícil de repetir. Nuestros abuelos sabían que proyecto educativo llevar adelante y las generaciones que poblaron a lo largo y a lo ancho nuestro país fueron las beneficiadas. Fue la única vez que el proceso económico derramó y los argentinos pudieron beber sus beneficios. Fue un momento casi irrepetible en nuestra historia y una proeza para imitar. La educación fue la base.
Muchos de nosotros hemos observado a personas mayores que con orgullo dicen “solo pude llegar a primero superior”. La preparación dada por aquellos formidables docentes sobre las vidas de nuestros abuelos había sido tan amplia y tan fuerte que le fue útil para el resto de sus vidas. Esas cimientes fueron tan generosas que crecieron en cada uno de ellos, pudiendo “resistir” cada uno de ellos el mayor cambio tecnológico que tuvo el mundo en los últimos 50 años.
Una mirada retrospectiva nos lleva a mirar con orgullo a aquellas maestras y maestros porque sabían como y porque educar. En cambio, en el presente vemos con desesperación a nuestros dirigentes sumergidos en miles de planillas tratando de desentrañar a partir de una consulta en miles de escuelas cual será el futuro de la educación en territorio bonaerense. La clave es volver a las fuentes y pensar un país en grande como lo hicieron nuestros abuelos, sabiendo hacia donde debíamos ir y una vez visualizado el proyecto tener el corazón “caliente” para llevarlo adelante.
PD: En el territorio bonaerense -según datos oficiales- 35.000 chicos de entre 6 y 14 años nunca llegan a iniciar sus estudios básicos. Mientras que 100.000 jóvenes no se inscribieron para cursar el Polimodal (el ciclo siguiente de la educación básica general), etapa que unos 38.000 alumnos abandonaron durante el 2003.
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