En los últimos años no se observó una campaña sistemática contra el SIDA en nuestra ciudad. El uso del preservativo no está muy extendido y el aumentó de los drogadependencia incidiría en la mayor incidencia del HIV, debido a que grupos de jóvenes compartiría las agujas y jeringas. La prostitución sería otra vía de contagio. La historia del SIDA en nuestra ciudad es preocupante. En un localidad pequeña a diferencia de las grandes urbes se puede observar la posible cadena de contagios. En este sentido, la primer muerte correspondió a una mujer casada y con tres hijos menores. La víctima era drogadependiente. Al momento de fallecer tenía solamente 41 años. En la etapa final de la enfermedad, estuvo internada en el sector de los infectocontagiosos del Hospital San José. También estuvo atendida en el Hospital Municipal.
La historia de esta joven es muy particular. La enfermedad la contrae a fines de la década de los ochenta, cuando por un tiempo se radica en el conurbano bonaerense. Los médicos con posterioridad sospecharon que el contagio se habría debido a una relación sexual furtiva. En la década del noventa regresó al partido de Colón, sin saber que estaba contagiada de HIV. Poco tiempo después encontró pareja y se casó. Con el correr de los años tuvo tres hijos( los análisis realizados en el Hospital San José habrían salido negativo en los peueños). La vida familiar no fue un freno para la mujer y con el correr del tiempo se profundizó su relación con las drogas (cocaína y marihuana). El hombre no tenía trabajo fijo y vivía de changas en los establecimientos rurales de la zona. La mujer para poder pagar las drogas que consumía se prostituyó. En esta trama y con el correr del tiempo habría mantenido relaciones sexuales con varios hombres que ignoraban su enfermedad. El marido (pareja estable) era sano, pero fue contagiado por su propia mujer. Al morir la mujer, el hombre enterado de la situación emigró a una pequeña población del sur de Santa Fe. El tiempo cicatrizó las heridas y nuevamente constituyó una pareja. La nueva mujer no habría sabido la realidad que enfrentaba y seguramente se habría contagiado vía sexual de la cruel enfermedad. El hombre hace poco tiempo habría fallecido. La certeza de que la mujer habría comenzado un nuevo ciclo de contagios es altamente probable. El contagio
La segunda mujer que murió de SIDA en nuestro partido se contagió por falta de controles en la transfusión de sangre (cuando todavía los mismos no estaban implementados). La víctima era hemofílica y se trató con los principales medicamentos para retrasar la enfermedad. También el mundo homosexual habría cobrado dos víctimas más. En un caso la persona era casada y además mantenía relaciones con hombres. La conducta del hombre con relación a su parte homosexual habría sido muy “activa”.
El círculo de contagios podría ser amplio. El quinto caso se habría debido a un contagio por compartir jeringas en grupos de infectados. En tanto no se sabe a ciencia cierta la cantidad de personas que son positivas y controlan la enfermedad mediante medicamentos. Los controles se dificultan debido a que en la mayoría de los casos se atienden en Rosario, Venado Tuerto, Pergamino y la Capital Federal.
La enfermedad existe en todos los estratos sociales y actividades. Como ejemplo en los calabozos de Colón está detenida una portadora de SIDA y hasta hace muy poco tiempo el delincuente más buscado de la región y que estuvo preso en los calabozos de nuestra ciudad al cual escapó tenía HIV. La sociedad local esta informada. Cualquier joven le puede hablar de SIDA y las maneras de prevenirlo, pero no asume que se deben cambiar conductas.
El aumento de la promiscuidad, prostitución drogadicción relaciones ocasionales, nos pone frente a un panorama que puede llegar a ser desolador. En este sentido, una fuente confiable nos dijo que una prostituta que declaró en resonante caso policial como testigo, era drogadicta y portadora de HIV. En la ciudad habría mantenido relación con decenas de hombres. En este caso la cadena de contagios se podría ramificar con consecuencias “desastrosas” en un sector de la población altamente vulnerable por su nivel socio- económico. Números que asustan
En el mundo habría 80 millones de personas con HIV positivo. En la sociedad moderna el 67 por ciento de la población tiene algún grado de exposición a la transmisión del HIV por vía sexual y un 8 por ciento un grado de exposición muy alto. El hombre tiene un nivel de exposición mayor, en especial los que tienen entre 20 y 24 años. La exposición aumenta en los niveles de más baja educación En la primer relación sexual el 58 por ciento de la población no usa preservativos.
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