La noche era muy fría y los pocos automovilistas que circulaban por la Ruta 8, a las dos de la mañana asistían al principio de un extendida helada que ya comenzaba a solidificar en el agua de las banquinas. A un costado de la cinta asfáltica, un hombre con dos bolsos hacía dedo en dirección a la provincia de Santa Fe. El brillo de sus ojos apenas se percibían detrás de la negra chalina.
El individuo tuvo suerte un patrullero de la Comisaría de Colón atendió sus ruegos y se detuvo para subirlo y traerlo a la ciudad.
La inmediata averiguación de antecedentes del sistema policial reveló que se trataba Rafael Luciano Amaya con pedido de captura en un Juzgado de Bahía Blanca.
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