La policía sospecha que el jefe de la banda que estaría compuesta por cuatro personas sería Lucio Díaz. Como se recordará el delincuente esta acusado de haber dado muerte al carnicero Severino Roses, empleado de la carnicería “La Unión”, ubicada en Pinto y Rivadavia de Pergamino.
Lo detuvieron en Salto y escapó de la comisaría de Colón. En pocos meses se lo acusa de robar camiones bajo la modalidad de piratas del asfalto, asaltar comercios y remiserías. El caco es peligroso y esta jugado, En el asalto a la carnicería el propietario del comercio y Roses se resistieron y los asaltantes dispararon sus armas de fuego a mansalva sin importarles absolutamente nada.
El delincuente se movería en un triángulo conformado por Pergamino, Junín y Colón y no se descarta que estuviera “escondido” en Salto o Rojas.
SIDA
Lucio Díaz tendría SIDA. El delincuente sufriría la enfermedad en sus fases más avanzadas y por esta causa es una preocupación para la policía regional. El peligroso caco está “jugado”, seguramente prefiere morir antes de ir a la cárcel.
Por otro lado, debido a la necesidad de remedios legales e ilegales para ser llevadera su enfermedad y el “costo económico” que tiene estar “escondido” necesita recaudar dinero en efectivo. En estos momentos para una parte de la policía Díaz es una llaga abierta y aquellos que lo esconden lo saben y los “costos” para mantenerlo en la clandestinidad “subieron”.
Además, el malviviente sería un adicto y tendría que abastecerse de estupefacientes. Los mismos a esta altura de la enfermedad que tiene aliviarían del intenso dolor que sufriría.
Los remedios
Por otro lado, es muy probable que bajo nombre falso tenga acceso a medicamentos contra el SIDA en algún Hospital de la región, por lo que se deberían “ajustar” los controles.
Cabe destacar que en las últimas fases de la enfermedad, el 95 % de los pacientes tiene dolores muy fuertes. Ese dolor puede llegar a enloquecer y más si no está correctamente medicado. Lucio Díaz es una “bomba de tiempo” porque estaría con un carácter sumamente irascible.
El delincuente sufriría dolores de pies, manos, cabeza, agregado a dolores digestivos, musculares, dolor articular y neurálgicos.
El dolor gastrointestinal es frecuente en los procesos diarréicos que se observa en las últimas fases del SIDA cuando está mal medicado.
Es altamente probable que a esta altura de las circunstancias la banda que lideraría Díaz, esté planificando un golpe “muy grande” en nuestra región (Junín, Rojas, Salto, Colón) y podría tratarse de un Banco donde no se encuentre con mucha resistencia.
Se debe tener en cuenta que Díaz, al parecer se mueve como pez en el agua en nuestra zona y que podría contar con un buen apoyo logístico considerable y mucha información. En este sentido, no es habitual que un preso escape de una comisaría de pueblo y no caiga a las pocas semanas por falta de una estructura que lo mantenga en la clandestinidad.
Un ejemplo es recordar el episodio vivido con sus cómplices en Colón. Como se recordará Juan Carlos Mora, Jacinto Cabrera, y Díaz huyeron de la comisaría ubicada en 51 y 18 , cuando inexplicablemente fueron detenidos en el calabozo de contraventores, donde fácilmente limaron los barrotes, redujeron al guardia y le robaron la pistola 9 milímetros. El arma de fuego policial sería utilizada por Díaz para cometer los últimos ilícitos.
Por otro lado, el dolor muy intenso que tendría el caco suele ser causa de depresión, pensamientos negativos, ansiedad y desesperación. Estos síntomas no se pueden pasar por alto en un delincuente peligroso y dispuesto a jugarse.
El talón de aquiles para atraparlo pueden ser los medicamentos usualmente empleados para este tipo de síntomas.
Entre estos remedios se encuentran algunos que pueden ocasionar alteraciones de los nervios, por lo que no se puede descartar que el delincuente y su banda en una “encerrona” donde tome rehenes para jugarse hasta el final.
Los medicamentos que podría estar usando serían la dapsona, antirretrovirales como ddC, ddI o d4T asociados a los dolores periféricos (pies, manos, cabeza) y la codeína, morfina y metadona. El tema es ¿donde se consiguen en la región? y seguramente podría llevarnos hasta el delincuente.
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