El grupo de malvivientes que ingresó a la seis de la mañana del martes, estuvo integrado por cuatro personas. El dato no es menor debido a que los delincuentes contarían por lo menos con otros tantos componentes de apoyo logístico. Los cacos redujeron al sereno de la empresa y una vez en el interior se dirigieron a la caja fuerte ( lo que indica que habrían realizado inteligencia o alguien “guió a los ladrones). Los intrusos forzaron la caja fuerte y se llevaron unos 5 mil pesos. La policía estaría investigando varias hipótesis.
El caso llama la atención por sus características inusual para nuestra zona. También se debe tener en cuenta que Manuel Ocampo esta muy cerca del límite santafesino, una características que los delincuentes utilizan a su favor para “complicar” la investigación. Otro detalle que no se debe pasar por alto es que hace pocos días en la localidad de María Susana provincia de Santa Fe, un grupo de delincuentes pretendió copar la comisaría y ningún miembro de la banda fue detenido. El hecho desató una gran balacera entre las 8,05 y 8,10 de la mañana. El edificio policial recibió alrededor de 64 impactos de proyectiles de alto poder (FAL), y se habría determinado que los atacantes querían cometer un ilícito posterior, cuyo blanco eran los Bancos que operan en la localidad. Según trascendió, los delincuentes iban por el dinero de las cosechas que se deposita en las entidades crediticias Banco Bisel y Credicoop. María Susana El intento de copamiento y robo se produjo una hora después de la apertura de las sucursales de los Bancos Credicoop y Bisel, que funcionan habitualmente de 7 a 12.30 para atender a unos 4 mil habitantes de María Susana. A las 8.15, seis hombres llegaron hasta la comisaría del pueblo en un Ford Fiesta y en una Peugeot Partner, ambos de color gris. Del Ford bajaron tres sujetos: dos de ellos golpearon la puerta de la comisaría y fueron atendidos por el sargento Heriberto Ñañez.
Según los vecinos, los ladrones fingieron ser ciudadanos interesados en denunciar el extravío de una documentación, pero la maniobra fue advertida por Ñañez, quien intentó en vano cerrar la puerta. Los hombres lograron trabarla, desenfundaron sus pistolas y después forcejearon con el sargento hasta golpearlo en la cabeza con la culata de una de las armas. Pero en el interior de la comisaría habían otros dos policías (el jefe y el sub jefe de la dependencia) que, al advertir lo que estaba pasando, comenzaron a abrir fuego contra los asaltantes, quienes optaron por la huida inmediata.
Sus cómplices intervinieron a balazo limpio para cubrir la retirada. Los asaltantes, que según la policía también llevaban chalecos antibalas, tiraron una ráfaga de balas desde la puerta lateral de la Partner y huyeron con la tranquilidad de haber inutilizado el patrullero. La profesionalidad de los cacos quedó demostrada cuando tiraron unos siete balazos contra el móvil, rompieron la luneta y la zona del motor.
Esta vez, las armas en escena fueron algo más sofisticadas: fusiles FAL y hasta se sospecha de una ametralladora AK-47 (un arma de fabricación rusa, su máximo logro, utilizadas por los vietnamitas en la guerra contra Estados Unidos), de acuerdo con los cartuchos encontrados después.
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