Se calcula que la compra de las tierras, ubicadas sobre el Camino de la Costa -que une San Nicolás con Ramallo en el kilómetro 330 del Paraná- se realizó en unos cuatro millones de dólares, con un precio promedio por hectárea entre 10 y 12 mil dólares, según la calidad de los predios. También fueron adquiridos los terrenos por donde se va efectuar el desvío del ramal ferroviario de la línea Mitre hacia la futura planta.
La elección de este lugar específico se fundamenta en dos motivos principales: por un lado, las condiciones especiales que tiene la costa, que la convierten en una especie de puerto natural, con más de 30 pies de calado cerca de la barranca; y por el otro, su estratégica ubicación como nudo donde desemboca la producción de cereales y oleaginosas del norte y centro de la provincia de Buenos Aires. »No se está pagando la fertilidad o la productividad del suelo, sino las características particulares que tiene el río en esta zona. Esto ha generado un clima especulativo alrededor del precio de la tierra en Ramallo, porque algunos propietarios entienden que todos los campos valen lo mismo y no es así», aclaró el intendente de Ramallo, Ariel Santalla.
El proyecto plantea varias etapas de desarrollo que se va a ir desenvolviendo al ritmo del crecimiento productivo del país. La empresa anunció para los próximos días el inicio de la primera fase, que contempla la construcción de silos y celdas horizontales con capacidad para almacenar hasta un millón de toneladas, además de 300 mil toneladas de fertilizantes.
También se prevé la realización del puerto con los tres muelles para el embarque de semillas, harinas y aceites y la descarga de barcazas y fertilizantes y el desvío del tendido férreo para mejorar el traslado del cereal.
En una segunda etapa se planea para el año 2006, una vez puesta en funcionamiento toda la infraestructura necesaria, levantar la planta dedicada al procesamiento de soja a escala mundial. Hasta el momento se ha avanzado con un convenio entre Bunge y distintas empresas locales para trasladar la línea de alta tensión desde San Nicolás, con un costo de 2,5 millones dólares.
»Un proyecto tan grande como éste va a impactar de manera significativa en la región porque permite a las empresas de la zona trabajar como auxiliares y, fundamentalmente, porque va a dar trabajo a más de mil personas que hoy lo necesitan», explicó Santalla.
El programa de inversiones de Bunge destinó además 30 millones de dólares para una planta acopiadora en Ceres, en la aceitera General Deheza, que facilitará el envío de los granos a Terminal 6, en Puerto General San Martín. En los próximos dos años se van a realizar inversiones complementarias por un valor de 22 millones de dólares en los 16 complejos operativos de la empresa, ubicados en todo el país.
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