06/09/2002
Se podría develar en Colón
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El misterio de los robos de autos. En agosto de 2000 robaron el auto de Gustavo Puchetta. Increíblemente dos años después apareció en el mismo lugar de donde se lo llevaron. Los sucesos y las coincidencias de un caso que seguramente será emblemático.
La historia es una comedia de enredos y casualidades y merecería ser titulada “Increíble pero real”.
El primer capítulo se escribió el 28 de agosto de 2000. Ese día Gustavo Puchetta y su esposa Marisa Tolosa habían dejado estacionado el vehículo de su propiedad en la calle adyacente a la tira del departamento que ocupan en el Barrio Mirador del lago.
Para una familia de trabajadores como los Puchetta, el Re-nault 12 modelo 1979, color verde, representaban muchas jornadas de labor y una pérdida difícil de reemplazar.
Los delincuentes se apoderaron del rodado sin dejar rastros. Según se pudo saber, los cacos habrían realizado el famoso “puente” con los cables para ponerlo en marcha y huir con destino desconocido.
En aquel entonces muchas fueron las especulaciones que se realizaron.
La policía señalaba que probablemente los malvi-vientes se apoderaron del Re-nault 12, para realizar un corto viaje debido a que el valor económico que tenía no dejaba mucho “plafón” para que ingresara al circuito comercial.
También se sospechaba que delincuentes provenientes del conurbano bonaerense habrían robado el auto para trasladarse al lugar de origen. Por esos días se había detectado personajes extraños que paraban en un departamento que con el correr de los meses tomó notoriedad por los ilícitos que realizaban sus habitantes.
La aparición
El segundo capítulo de esta apasionante historia comenzó a escribirse el martes 13 de agosto del 2002 –casi dos años después- Marisa Tolosa (esposa de Pu-chetta) regresó de su labor como docente en la Escuela José Manuel Estrada.
Al llegar frente a la tira de departamentos donde habita, la mujer quedó paralizada. En el mismo lugar donde había dejado estacionado el Renault 12, la jornada donde se lo robaron, se encontraba un vehículo idéntico.
Comenzó a observarlo con atención y su sorpresa crecía. El guardabarro que las picaduras de oxido fueron deteriorando y que lo había hecho arreglar personalmente, tenía las marcas de los emparches realizados por el chapista. Rápidamente subió hasta el departamento y le avisó a su esposo que descreído trataba de comprenderla. Pucheta le señaló ¡No puede ser, que dos años después y en el mismo lugar esté el auto que nos robaron!.
El hombre bajó y comenzó a mirar el auto con atención. No había duda que era el Renault 12 que le habían robado dos años antes. Averiguó a quien pertenecía y un vecino le comunicó que era propiedad de una empleada provincial del sector docente con domicilio en nuestra ciudad y que había venido a visitar a un familiar directo dos pisos debajo de su departamento.
Los Pucheta y su mujer hallaron a la propietaria y le pidieron si podían abrir el Renault 12 con las llaves que todavía guardaban como recuerdo.
La propietaria dio el visto bueno y se pudo comprobar que las llaves habrían las puertas y el baúl, pero no podía encenderlo debido a que le habían cambiado el tanque donde se coloca la llave.
También el gato hidraúlico era similar y el neumático de auxilio concordaba.
El ex propietario pidió abrir el capot de motor y ante los vecinos que se habían juntado en el lugar argumentó: “ Lo único que me falta es encontrar una tapa de mayonesa Hellmans, en el sapo del sistema de refrigeración”.
Al abrir el capot la sorpresa fue mayor, la tapa del frasco de mayonesa que habían colocado en un viaje a San Nicolás, cuando la original se había perdido, estaba en el mismo lugar”.
Gustavo Puchetta, ya sin dudas que el vehículo era el suyo concurrió a la comisaría local a realizar la correspondiente denuncia.
La propietaria
Según constaría en las investigaciones la actual dueña lo habría comprado de buena fe posiblemente a una familia de gitanos radicados en Rojas.
Los pesquisas guardan silencio sobre los pasos seguidos por el vehículo en estos dos años, pero posiblemente siempre estuvo en la vecina localidad y habría pasado por otros propietarios.
Los peritos determinaron que el número de motor estaba cambiado y posiblemente los delincuentes habrían cambiado el block de motor y limado el número de chasis.
El Renault 12 fue secuestrado por la justicia y permanece en el corralón policial.
En el día de hoy llegarían peritos de la Departamental de Pergamino para establecer la autenticidad de los papeles que posee la actual propietaria y si los mismos son falsificados.
Hipótesis
La hipótesis de Colón Doce es la siguiente. En aquellos días de agosto del 2000 habrían sido dos los autos Renault 12 robados en Colón y de modelos semejantes.
Los delincuentes que se habrían apoderado de los mismos podrían haber intercambiado el block del motor y “cruzado” los papeles identificatorios que demuestran la propiedad del rodado.
También se debe recordar que en el año 2000, una investigación policial llevada adelante en Rojas, determino el secuestro de 20 vehículos robados que eran comercializados en la región.
En varias ocasiones en nuestra ciudad se robaron un auto y casi simultáneamente se robaba uno de marca y modelo similar.
En la Colón ocurrieron robos simultáneos de Citroen, Fiat Duna y el último de ellos invo-lucró dos camionetas Ford F 100.
Como se recordará, en este último caso, las víctimas fueron Dario Castellano propietario de una Ford F 100, modelo 1998, patente DBB 205 “levantada” en calle 21 entre 46 y 47 y Gabriel Sacca propietario de una Ford F 100 modelo 1995, robada cuando se encontraba estacionada en calle 48 entre 19 y 20.
Son demasiadas casualidades o estamos frente a una organización que actúa en forma sincronizada.
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