02/08/2002
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Se extienden los disturbios. En Pergamino fugaron peligrosos presos. En Salto hubo un motín de detenidos con graves destrozos. En Colón fueron dos motines y una fuga todavía no aclarada.
El viernes en la Comisaría de Salto se amotinaron 26 detenidos algunos de ellos con peligrosos antecedentes. El comisario Daniel Galpasoro logró contener la situación y no hubo evasiones. Los policías no lograron evitar que se destrozaran muebles y se quemaran colchones. A pesar de la tensa situación se evitó una toma de rehenes que hubiera agravado aún más la situación. Los presos reclamaban mejores condiciones en su alojamiento y además reclamos relacionados con acercamientos de familiares en la modalidad de visita. El motín pudo ser controlado con ayuda de las comisarías de la región.
Este episodio se agregan a los ocurridos en Colón (una fuga y dos motines) y en Pergamino (1 fuga y por lo menos dos motines).
En las Comisarías de la provincia de Buenos Aires existen 7000 presos esperando su paso a las Cárceles existentes. La capacidad de los calabozos en las sedes policiales solamente es de 3700 detenidos.
El sistema está colapsado y ya no existe lugar para más detenidos en los viejos edificios de las Comisarías y en las propias unidades penitenciarias.
El gobernador Felipe Sóla señaló que se construirán siete cárceles para descomprimir el sistema.
El primer mandatario tomó en sus manos cunado asumió de apuro “una bomba de tiempo” que ahora trata con los pocos recursos que tiene desactivar.
El problema
La problemática abarca varios frentes. Los policías no están capacitados para cuidar presos. No es la función por la que fueron entrenados en las respectivas escuelas. Además los edificios de las comisarías son viejos, pocos seguros y con una infraestructura no apta para manejar a delincuentes peligrosos y muy violentos.
También al no tener las instalaciones correctas es muy difícil manejarlos y siempre se producen peleas y trifulcas. Un ejemplo simple tal vez nos ayude a entender la situación. En los edificios no existe un lugar donde se le pueda cocinar a los detenidos y por este motivo se gasta más.
Cabe recordar que las viandas (almuerzo y cena) deben ser buscadas por los patrulleros en restaurants de la ciudad.
El edificio de la Comisaría de Colón data del año 1926. Las paredes de los calabozos no son precisamente seguras y cualquier preso con una herramienta rudimentaria podría en pocas horas realizar un boquete para escapar.
Los techos son de chapas (plástica) y tiene un enrejado de hierro fino de los que se usan en construcción que hasta no hace mucho tiempo estaba desoldado. Un delincuente podría cortar en menos de cinco minutos utilizando una sierra común.
En estas condiciones estuvieron y están detenidos peligrosos malvivientes que tienen feroces homicidios en su haber. El calabozo cuenta con un “patio” central y pequeños habitáculos individuales donde duermen.
En conjunto el sistema para detención no tienen una capacidad para más de seis personas y en ese pequeño lugar estuvieron detenidos once presos.
Por décadas el edificio de la Comisaría de Colón no fue remodelado y desde hace poco tiempo se construyen otros calabozos para los contraventores y menores.
Solamente debemos recordar el triste episodio cuando fue detenido un menor y puesto en el único calabozo con los delincuentes y según se relató debió observar el intento de uno de los presentes que venía de Pergamino y acusado de homicidio, intentar llevar a cabo un sexo oral forzoso con otro detenido por violación.
La situación no da para más y pone en peligro a los vecinos de Colón ante una fuga, Es hora que de los estamentos políticos se ponga en funcionamiento la decisión de modernizar la vieja estructura de 51 y 18, adaptándola a los nuevos tiempos que nos toca vivir.
En Pergamino
El edificio donde funciona la Comisaría Tercera de Pergamino, data del año 1890, es decir fines del siglo XIX. Se trata, desde luego, de una construcción muy antigua, que incluso ha tenido muy pocas reparaciones o trabajos de reciclaje. Posee como las propias autoridades han señalado, un solo calabozo o celda para alojar detenidos, cuya capacidad no excedería la de cuatro personas.
En este caso, superaba ampliamente ese número, toda vez que en un reducto de aproximadamente 3,50 por 5,50 metros, con un precario baño, estaban en condiciones de total hacinamiento nueve detenidos. Las paredes de esa habitación no superan incluso los 45 centímetros de espesor, son de ladrillo y cal si bien hace algún tiempo fueron reforzadas, es evidente que el lugar no resulta apto para albergar individuos en condición de detenidos, mucho menos, si son de alta peligrosidad; y menos aún puede considerárselo como una celda de máxima o alta seguridad. El inmueble tiene además un sótano donde antiguamente se almacenaban los vinos y bebidas de quienes supieron ocuparlo en el pasado. Asimismo consta que hay una gran cantidad de hormigueros, y se sabe precisamente que las hormigas hacen su trabajo en la tierra, con lo cual se encuentra muy suelta. Es indudable que las autoridades provinciales debieran tomar nota de estas anomalías y si bien la situación económica dista de ser la ideal, tendría que rever el tema del asentamiento de la Comisaría Tercera en un edificio de semejantes características y proceder en consecuencia.
La Comisaría de Salto tenía 26 detenidos en precarias condiciones de detención.
Según nos dijeron no tiene capacidad para más de 10 presos. El edificio es similar a la Comisaría de Colón y habría sido puesto en función en la década del veinte. En Rojas existe una situación similar y de continuar la tendencia estamos al borde de acontecimientos trágicos.
La delincuencia es cada vez más violenta está “jugada” y los sucesos que se pueden avecinar serán seguramente trágicos.
Los ejemplos
En La Comisaría de Colón estuvieron detenidos peligrosos delincuentes. La mayoría por delitos cometidos en Pergamino.
En un momento en los viejos e inseguros calabozos había dos presos acusados de violación a menores y dos detenidos por feroces homicidios. Los restantes estaban presos por robo calificado.
La fuga de la Comisaria Tercera de Pergamino fue aún mucho peor. Uno de los evadidos es el que protagonizó la quema de colchones y gresca en los calabozos de Colón.
Entre los que escaparon se encontraba Fabián Frati quién mató ferozmente al remisero de apellido Polo, Cristian “Piquete” Gonzalez, el feroz delincuente que le prendió fuego al productor rural Néstor Irazusta luego de robarle en el campo. Además fue el que asaltó y tomó de rehén a la familia Atilio que tiene el campo entre Carabelas y Colón.
También escapó su hermano que fue cómplice en el ilícito que causo estupor en la vecina ciudad y Ramón Cejas homicida de un productor de apellido Isea que vivía en el paraje La Guarida. Cejas en Colón quemó los colchones y tuvo una gresca con dos detenidos por robo y que tienen domicilio en nuestra ciudad. Cejas fue trasladado a Pergamino donde finalmente se fugó.
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