24/05/2002

Mirador del Lago: "El purgatorio en la tierra"

Mirador del Lago: "El purgatorio en la tierra" Los vecinos del lugar señalan: “No se puede vivir más”. La ola de inseguridad que azota el sector hizo que muchas familias emigraran.

tapa-xxx.jpg - 38508 Bytes En el anecdotario barrial los vecinos señalan que una mujer llegó a su departamento y advirtió que el inmenso oso peluche que le habían regalado no estaba en su lugar habitual. Extrañada busco por todas las dependencias y no lo encontró. La víctima indignada y conocedora de los movimientos muy particulares que tenía la delincuencia en esa “tira” de departamentos se dirigió a donde vivía el potencial arrebatador. La puerta estaba entreabierta con la cerradura destrozada. La curiosidad le dio coraje y se asomó tímidamente por la puerta. El comedor estaba desordenado y hasta había dos chiquitos que lloraban sin parar. Pero la sorpresa mayor fue cuando sobre un moderno televisor, pudo observar que estaba de adorno el querido oso peluche.
Respiró hondo y pensó es mío, casi sin pensar entró rápidamente y se apoderó del juguete. Al regresar a su casa no imaginaba que el drama vendría en el futuro. Muy pronto recibió la noticia que había sido denunciada por robo de un oso peluche.
Los “chorros” habían realizado el trámite policial y hasta habían llevado dos testigos (falsos) para corroborar que el famoso oso les pertenecía a ellos y no a su verdadera dueña.

  • El drama
  • El drama del padecimiento de los vecinos llega a límites inimaginables y casi superan la realidad fantástica de Cien años de Soledad de García Marquez. Los hurtos se suceden a plena luz del día, y muchas mujeres deben montar guardia en los secadores cuidando bombachas, corpiños y calzoncillos.
    No obstante los ladrones organizados y estudiosos de los movimientos familiares, “inventaron” la caña de pescar para apoderarse de las zapatillas dejadas a secar en las aberturas de los lavaderos.
    Nada se salva todo es utilizable. Los tubos de gas son el plato más apetecidos y muchas veces alguien quedó con la comida a medio hacer, mientras sentía a lo lejos el ruido de un tubo de gas rodando en el concreto.

  • La nueva etapa
  • Los chicos crecieron y ahora no se conforman con zapatillas robadas, o las golosinas del kiosco de la esquina.
    El grupo de delincuentes de más edad ya comenzó a mirar el resto de la ciudad y no quieren dedicarse al menudeo. Ahora consiguieron un arma de fuego y salen de sus dominios a realizar los robos calificados. Según los datos que aportaron algunos vecinos, serían responsables del asalto cometido el viernes pasado contra un kiosco ubicado en calle 56, apoderándose de 40 pesos.
    Pero ojo van por más, aunque algunos de los miembros tienen miedo de caer nuevamente presos, y tener que compartir la celda con un violador de otra ciudad y soportar la amenaza concreta de ser violado. Los conocedores del tema dicen que un detenido lloró y gritó para que lo ayuden a no caer en las garras del delincuente sexual.
    El jueves pasado, un vecino los identificó entrando a metalúrgica que se encuentra sobre la Ruta 8. Llamó a su propietario y a la policía. Cuando llegaron los uniformados, los cacos alertados se dieron a la fuga llevándose valiosas herramientas de precisión.

  • Sumarios y pulseras
  • La anécdotas se suceden una tras otra y ponen un poco de humor al drama que viven los vecinos. Un mujer nos dijo que uno de ellos habría podido anular el cerco que impone una pulsera propiedad del servicio penitenciario, utilizando simplemente papel de cigarrillo.
    También otro vecino agrega a las anécdotas “tienen siete vidas como los gatos” y recuerda cuando un miembro de la banda estuvo desmayado al caerse cuando trataba de saltar un cerco, luego de cometer un ilícito. Cuando llegó la policía y la ambulancia, el delincuente no se movía. Rápidamente despertó, sacudió la cabeza y salió como un rayo para perderse en la oscuridad de la noche, sin que los uniformados pudieran hacer nada. Mientras tanto, los delitos se acumulan en los expedientes, las víctimas sufren en carne propia, en vivo y en directo la ola de inseguridad.




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