26/04/2002
|
Fue tomada de rehén por cuatro horas
Una familia que vive en el campo fue asaltada por una banda de cuatro personas. Se llevaron las alhajas de oro. Buscaban dinero en efectivo.
Una familia de apellido Atilio que se domicilia en un campo en cercanías de Carabelas sufrió un asalto hace 10 días. Los delincuentes amenazaron a la propietaria del lugar y a sus hijos para que no realizaran la denuncia. Colón Doce obtuvo información de como se habrían desarrollado los acontecimientos.
Según nuestra información, cuatro delincuentes que se habrían traslado en un moderno vehículo y portaban armas de grueso calibre, habrían ingresado al campo de la familia Atilio y habrían tomaron como rehén a una mujer y sus hijos.
Los delincuentes buscaban dinero y durante cuatro horas revisaron las pertenencias de la casa, amenazaron a sus moradores y finalmente se llevaron alhajas de oro que además del valor económico tenían un valor simbólico debido a que habían pertenecido a familiares directos.
Según lo que pudimos investigar, uno de los componentes de la familia estudia el secundario y todos los días se traslada en su auto particular a un establecimiento escolar de Colón.
Noche de perros
El martes 16 la banda de delincuentes había ingresado al predio rural y sorprendió a la progenitora y sus hermanos tomándolos de rehén. El joven estudiante llegó a las 23 horas a su casa y al ingresar a la vivienda se encontró con un delincuente que lo amenazaba con un arma de fuego y a su familia tomada de rehén.
Los cacos actuaron enca-puchados y se movían con total tranquilidad. Seguramente sabían que tenían todo el tiempo para encontrar el botín.
El trabajo de los malvivientes debió llevarse a cabo con una inteligencia previa. El esposo de la mujer -al hallarse separados- no vive en el lugar y además buscaban afanosamente dinero en efectivo como si hubieran obtenido información de que un miembro de la familia hubiera realizado una transacción comercial de importancia.
Los ladrones buscaron el dinero y así persistieron por cuatro horas. Según la información también habrían saciado el hambre ingiriendo diversos alimentos.
Ante la persistencia de la familia de que no existía dinero en efectivo en la casa, los bandidos se alzaron con algunas alhajas de oro, no sin antes amenazar a la familia de muerte si realizaban la respectiva denuncia policial.
Por otro lado- no pudimos confirmar la información- los trascendidos indican que otra familia propietaria de un pequeño campo y casi vecino a los Atilio habría corrido igual suerte.
Delitos rurales
La aparición de este tipo de ilícitos con características muy particulares no debe pasar desapercibido y las autoridades policiales deben tomar los re-caudos correspondientes.
Según la estadística que lleva Colón Doce hacia un tiempo prolongado que no se observaba actuar una banda de estas características en nuestra región.
El último atraco en zona rural donde actuó una banda organizada se llevó a cabo en los escritorios de la estancia Juamarita S.A (ex Santa Juana) en octubre de l999. En aquel entonces la banda ingresó al escritorio y redujo a los empleados con armas de fuego.
Por otro lado, en el atraco a los Atilio, había un jefe de la banda y por lo menos tres cómplices. El número de los delincuentes que habrían actuado –cuatro en total- llama poderosamente la atención. La cantidad de malvi-vientes compartiendo una misma banda es infrecuente y está señalando que estamos frente a una nueva “vuelta de tuerca” del delito en nuestra región.
Por otro lado, hacia tiempo que no se llevaba a cabo en la ciudad de Colón y sus alrededores, un delito de estas características, salvo los ataques frecuentes que son víctimas los camioneros en la modalidad denominada de “piratería del asfalto”.
Sospechas
La hipótesis de Colón Doce son dos. La primera es que una porción de la banda que asolaba el distrito de Salto (B.A), hace aproximadamente un mes atrás, no habría sido capturada y realizó un “ corrimiento” geográfico de varios kilómetros para trabajar “tranquilos”. Por la información que tenemos solamente se habrían atrapado tres delincuentes. Las características de los delitos y la magnitud de los hechos realizados en el vecino partido hablan de que la banda debía tener una logística en un número superior.
Como se recordará hace aproximadamente treinta días la policía bonaerense desbarató una banda de que asolaba la zona rural de Salto. Los delincuentes ingresaban a los establecimientos rurales y asaltaban a los propietarios. La cantidad de hechos que se llevaron a cabo movilizó a la población de esa región y finalmente en Pergamino fue atrapado el jefe de la gavilla.
Escalada
La escalada en la región de Salto comenzó cuando varios sujetos armados y encapuchados asaltaron una fábrica de golosinas , y se llevaron una fuerte suma de dinero que estaba destinada al pago de los haberes salariales de los empleados.
El recordado hecho se produjo en una Fábrica de Alfajores y Golosinas, sita en las calles Rauch 46 de Salto.
En ese hecho varios sujetos armados con rostros cubiertos encapuchados irrumpieron en el lugar de trabajo y tras reducir empleados se alzaron con una fuerte suma de dinero en efectivo y en cheques destinado al pago de sueldos.
La policía detuvo en aquella ocasión a Sergio Andrés Fer-nández, de 25 años de edad, domiciliado en General Urquiza.
La segunda hipótesis de Colón Doce es que se trata de una banda de “piratas del asfalto” que tuvo un buen dato y trató de “aprovecharlo”.
Prevención
Las característica de este nuevo tipo de delitos rurales nos llama a pedir a la policía un mayor trabajo de inteligencia y prevención. La escalada en los últimos años en el sector agropecuario fue en forma creciente. En primer lugar llegaron los rateros con robos y hurtos menores en las viviendas y galpones que tenían temporariamente propietarios ausentes .
Los faenamientos de ganados volvieron a recrudecer y ahora estamos en presencia del robo calificado a una familia en cercanías de Carabelas.La prevención debe tener varias aristas. Primero móviles adecuados para la policía y la formación en la Comisaria de Colón de un grupo de efectivos que trabajen en la zona rural. La escalada de los asaltos rurales puede llegar y esperemos que no lamentemos ninguna víctima fatal.
|
|
|