26/04/2002
Avanza la causa por fuga de presos
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El tercer evadido fue atrapado
El fiscal Daniel Gómez tendría certezas de cómo se produjo la fuga. El tercer delincuente de alta peligrosidad fue detenido en Villa Constitución.
La causa judicial por la fuga de presos producida el domingo 24 de febrero en la Comisaria de Colón sigue su curso judicial y el fiscal Daniel Gómez tendría certezas de cómo sucedieron los hechos.
La pasada semana el último prófugo fue atrapado por la policía santafesina en su lugar de residencia. La bonaerense y su par santafesina habían iniciado inmediatamente después de la fuga una tarea de inteligencia y “aguante” con efectivos de civil en los lugares que solía frecuentar. La tarea prevista dio un resultado ampliamente positivo.
En los investigadores existía la plena convicción que tarde o temprano, Oscar Mansilla que cargaba sobre sus espaldas una serie de delitos contra la propiedad privada iba a caer en las redes tendidas por la fuerza de seguridad.
El malviviente “envalentonado” por el tiempo transcurrido cometió un error e inmediatamente fue apresado. Los vínculos del mal-viviente en su “pago chico” y la falta de dinero hizo que saliera del aguantadero y se lo pudo observar por las calles de Villa Constitución.
El primer capítulo de la historia quedaba concluido cuando las esposas se cerraron en las muñecas del delincuente.
En este sentido, los evadidos fueron atrapados casi sin ofrecer resistencia. Roberto Gómez y Edgardo Barreto fueron apresados en Pergamino y ahora están detenidos en la cárcel de Junín. La historia de “traición” policial va camino a su conclusión definitiva.
El fiscal
Una fuente confiable informó a Colón Doce que hasta el momento Mansilla, Barreto y Gómez se negaron a declarar ante el fiscal Daniel Gómez. Los presos se ampararon en el derecho que les asiste y que está contemplado en el artículo 308 del Código Procesal.
Por su parte, nuestro informante conocedor de la causa, además aportó un dato fundamental: el Fiscal actuante tendría serias sospechas sobre como se sucedieron los hechos y quien sería el responsable de colaborar con los detenidos facilitándole la fuga.
Una información de nuestra fuente, da cuenta que el primer detenido “habló” con miembros de la bonaerense y les habría contado como sucedieron los hechos. En esa conversación el evadido “marcó” a la persona que habría abierto la puerta del calabozo a cambio de una determinada suma de dinero.
Las declaraciones de los malvi-vientes ante la policía no tienen validez para la justicia y al negarse a declarar ante el fiscal parecía que los caminos quedaban truncos para descubrir la verdad.
El fiscal Gómez para afrontar la situación pidió una serie de investigaciones y pericias. La principal en estos momentos está al estudio de los peritos de la justicia pergaminense.
Los técnicos deberán determinar si los tres detenidos pudieron pasar por la pequeña abertura que existía en el techo del calabozo. El estudio abarca el peso, contextura, altura de los presidiarios, además del pecho y las caderas. Estos datos son confrontados con las medidas que tenía el pequeño agujero realizado en el techo del calabozo.
El importante estudio todavía no llegó a manos del Dr. Daniel Gómez. Según un adelanto que obtuvo Colón Doce los resultados serían determinantes. Los tres cacos no pudieron pasar por la pequeña abertura realizada en el cieloraso de la celda.
La pericia entonces en forma indirecta daría la certeza que los presos salieron por la única puerta del calabozo.
Secuencia
El fiscal Gómez además tendría en la mira al principal sospechoso de haber colaborado con los delincuentes.
Se trataría de un efectivo policial que tendría una causa interna relacionada con una “transa” con estupefacientes y por lo cual irremediablemente iba a ser exonerado de la policía. El policía no sería de Colón y su domicilio estaría en Pergamino. Según se pudo conocer, al descubrirse “la transa” de “merca” que realizó mientras se sustanciara el sumario habría sido “castigado” a prestar servicio en la Comisaría de Colón.
El sospechoso habría abierto la puerta del calabozo y además habría “arreglado” desviar la investigación cortando con una cierra los pequeños barrotes del techo y doblando uno de ellos hacia arriba.
Los presos salieron por atrás de la comisaría y saltaron el portón refugiándose en el interior del un vehículo claro con vidrios polarizados. En la causa judicial el horario donde ocurrieron los sucesos están enmarcados en los descontrolados ladridos que realizó el perro de la comisaría “Pichichus”.
La hora de fuga aproximadamente habría sido a las 6.45 del domingo 24 de febrero.
Las pericias y algunos testimonios serían claves para saber que policía cometió delito al facilitar la fuga de tres presos. El segundo capítulo de la historia comienza a tomar cuerpo y por estos días se esta escribiendo un final que explica una “traición” policial.
El final
El tercer capítulo y el final de la historia está enmarcado por el sumario administrativo que está llevando adelante asuntos internos de la policía bonaerense y donde están implicado cuatro policías que fueron puestos en disponibilidad.
La causa judicial y el sumario administrativo son independientes. La justicia trata de averiguar si algunos de los policías (fuerza civil armada) cometió un delito.
El sumario administrativo trata de determinar -bajo el criterio de la fuerza- la responsabilidad dentro de las funciones que tenían cada uno de los policías por la fuga de presos.
La justicia podría determinar que no hubo delito y los policías podrían igualmente ser sancionado por el sumario interno que se está llevando adelante.
La misma fuente explicó que internamente se tendrían certezas que algunos policías cometieron omisión al no estar en sus respectivos lugares de trabajo. La guardia del calabozo habría podido estar lavando una vehículo y algún otro policía no habría estado en el lugar de trabajo. Los suma-riados prestaron declaración y cada cual dio su versión.
Mientras tanto tres policías se sentirían “traicionados” por un compañero de trabajo que uso el uniforme para llevar a cabo ilícitos que debía combatir.
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