22/03/2002
Aumenta la polémica en Colón
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Concejales, autoridades sanitarias, comerciantes se quejan por los alcances que toma esta red de intercambio. La falta de una legislación precisa agrava la situación.
En la actualidad dispersos por diversos barrios existen en Colón cuatro clubes de trueque. Ante la magnitud que toma la situación concejales, autoridades sanitarias y comerciantes comienzan a discutir los alcances que tiene atípica comercialización de productos. Más allá de la polémica se debe reconocer que el trueque permite a muchas personas el sustento diario. Los comerciantes no están en contra del intercambio si no de la posible desnaturalización de sus principios básicos que tiene por fin. En el sistema de trueque no existe el dinero, si no que se utiliza el crédito. Además cada persona fabrica su propia mercadería (comida u otros artículos de uso) y asiste al nodo para intercambiarlo.
La polémica crece entre los comerciantes debido a que señalan: “ existen muchas personas que lo están desvirtuando. Asisten al lugar comprando huevos o papas al mayorista luego lo ponen en bolsas por unidades y concurren al lugar para su intercambio. También hemos sabido que existe en algunas de las compras el dinero común por lo que es directamente una Feria abierta”- Agregó “ si existe una feria abierta debe tener habilitación municipal y además pagar las respectivas tasas. El trueque es una salida posible, pero en nuestra ciudad existen lugares donde se está desvirtuando considerablemente siendo entonces una competencia desleal”. Según averiguamos los comercios más perjudicados son los que se ubican en los barrios periféricos.
La crisis
La Provincia una vez legalizado el Club de Trueque y que está adherido a la red nacional, a los participantes les brinda cursos gratis sobre manipulación de alimentos.
Por otro lado, el propio gobierno provincial y nacional alienta este tipo de comercialización ante la falta de dinero, trabajo y debido a la emergencia alimentaria que vive el país, debido a los bajos sueldos y la creciente desocupación.
La Argentina en poco tiempo retrocedió 50 años y esta es la mejor forma de ejemplificar la situación. Por último existe preocupación porque al no haber una legislación precisa de control puede estallar brotes de intoxicación (triquinosis etc) y de una emergencia alimentaria podemos pasar a una emergencia sanitaria.
El trueque es su concepción es bueno. Pero las autoridades políticas deben enmarcar los controles necesarios y los participantes no desvirtuar su esencia..
Un poco de historia
El 1º de mayo de 1995, en la localidad de Bernal, a escasos treinta kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, un grupo de ecologistas preocupados al mismo tiempo por la calidad de vida que por el crecimiento acelerado del desempleo, crea el primer Club del Trueque, con un grupo de vecinos que no superaban la veintena. Cada sábado, se reunían para realizar intercambios de productos entre ellos, luego se agregaron servicios y en pocos meses, la experiencia crece y se difunde a la ciudad capital.
Los cálculos, que en un primer momento se realizaban en una libreta centralizada, acompañada de una tarjeta donde cada miembro contabilizaba sus saldos, pasaron a una planilla de cálculo, primero y luego a una especie de cheque nominal, donde cada uno anotaba el nombre de la persona que los recibía. Pocos meses después de esa innovación, se crea el primer «tiket trueque» o vale transferible, al cual se lo denomina «crédito», que permite aumentar muchas veces la velocidad de las transacciones y a partir de ahí crear muchos nuevos clubes. Tal denominación vino de la «confianza» que se depositaba en los participantes, a los que se entregaba cierta cantidad de vales para iniciar las operaciones. Desde el primer momento, se entregó la misma cantidad a cada uno de los socios, con lo cual se garantizaba al menos una equidad, la de la cantidad de circulante para las operaciones.
Dos años mas tarde, los clubes hacían transacciones entre ellos y se habían difundido desde la región al sur de la ciudad y a algunas provincias del interior del país. Se empezó a configurar un gobierno articulado de las regiones y la necesidad de organizar los clubes o Nodos - porque eran partes de una Red - en regiones geográficas, para que los vales fuesen controlables por un colectivo y las condiciones iniciales se mantuvieran. Aparecen principios rectores, definidos por el grupo fundador, pero «interpretados» por cada colectivo particular. Ya hay una gran cantidad de grupos, algunos vinculados a la Red, pero muchos autónomos por su misma condición geográfica.
La difusión de la experiencia innovadora se hace con el apoyo de los medios masivos de comunicación, que se interesan cada vez más en la «rareza» argentina. Un primer apoyo del gobierno (Secretaria de Promoción Social y luego de Industria, Comercio y Trabajo de la Ciudad de Buenos Aires) genera hacia dentro la confianza para seguir creciendo y, hacia fuera, estimula a que otros municipios y provincias repliquen la experiencia.
Tres años más tarde, la Red Global de Trueque, que ya alberga a más de 100.000 personas en Argentina, es invitada a un encuentro internacional de iniciativas de la sociedad civil para discutir propuestas de resistencia a la globalización de la economía y sus protagonistas empiezan a tener la percepción de que se trata de una experiencia singular y «exitosa» desde el punto de vista de su multiplicación. Ya funcionan distintos sistemas de capacitación en su interior, la difusión a otros países de la región empieza a hacerse sostenida por un proyecto de llegar a tener cierta masa crítica y crecer también en variedad.
Poco tiempo después de cumplir los cinco años, la Red está presente en 14 provincias argentinas, además de haberse introducido en Uruguay, Brasil, Ecuador, Colombia, El Salvador, Canadá, Perú, Chile y Bolivia. Se estiman - aun con proyecciones imprecisas - en más de 500.000 personas las involucradas en el país, con un movimiento de transacciones que agrega entre uno y cuatro salarios mínimos mensuales por familia, las declaraciones de interés público se acrecientan, un juez de familia concede la posibilidad de que un padre desempleado pague su cuota alimentaria en vales de trueque y el gobierno nacional se compromete a apoyar su difusión a nivel de todo el país. Luego de la creación de una Red Latinoamericana de Socioeconomía Solidaria en 1999, que apuntó a difundir la estrategia de moneda social a otras formas de economía solidaria ya presentes en la región, al final del primer encuentro del Forum Social Mundial en enero de 2001, en Porto Alegre (Brasil), se lanza una Red Global de Socioeconomía Solidaria, que incluye la moneda social como una de las estrategias potencializadoras de formas económicas populares y solidarias pre-existentes, capaz de reconstruir el tejido social de abajo hacia arriba.
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