22/03/2002
Investigación policial: En búsqueda del homicida
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Colón Doce inició una paciente investigación. Varios días después concurrió al lugar donde falleció Ramón Mercado y encontró posible evidencia.
Los argentinos no debemos resignarnos en la búsqueda permanente de la verdad. Tampoco acostumbrarnos a las muertes impunes. El 11 de marzo entre las 6.45 y las 7, en calle 9 y a una distancia aproximada de 150 metros del paraje denominado “El Triángulo” se tronchó la vida de Ramón Mercado con domicilio en calle 15 entre 56 y 57.
Un conductor del vehículo lo atropelló desde atrás y luego aparentemente lo pasó por arriba. La autopsia registró aplastamiento de cráneo y tórax. El vehículo no paró siguiendo su marcha hacia nuestra ciudad.
El habitante de la casa ubicada enfrente de la tragedia fue consultado por un cronista de Colón Doce. El vecino señaló que no escuchó ningún tipo de ruidos extraños a la hora probable del accidente (frenada, golpe etc). También nos dijo que aproximadamente a las 6.45 habría mirado hacia la ruta y no observó ningún cuerpo o bicicleta.
Los investigadores sospecharían que se trata de una camioneta.
Las deducciones
En el lugar del accidente y luego de más de una hora de observar el ingreso de autos desde la Ruta 8 hacia calle 9, para dirigirse a nuestra ciudad pudimos sacar algunas conclusiones.
El radio de giro en la pequeña rotonda es amplio. Los vehículos ingresan de la ruta a una velocidad superior a los 80 kilómetros y en el 90 por ciento de los casos el radio de giro hace que en el lugar del accidente ocupen una parte de la mano contraria.
Además, el conductor del auto de encontrar una bicicleta que circule más lentamente a la misma dirección y a pesar de que a la hora de la tragedia había suficiente luz natural y no existía neblina, se hubiera sorprendido y no hubiese tenido tiempo de frenar. El principal testigo dijo no habría escuchado ruidos de frenada y esta sería la causa. El conductor que atropelló la bicicleta no tuvo tiempo ni de frenar ni de maniobrar por la velocidad de ingreso a calle 9 desde Ruta 8.
Tampoco se encontraron huellas en las banquinas, lo cual afirma la tesis que en el conductor hubo sorpresa y no existió maniobra alguna para esquivar a Mercado.
¿Pruebas?
El cronista policial de Colón Doce estaba convencido que el impacto fue muy fuerte y con la parte lateral derecha del auto. El lugar preciso sería a metro y medio de la calzada.
La deducción era simple si hubo impacto y este fue fuerte, tenía que haber vestigios en el escenario.
El cronista comenzó a “peinar” el césped del lugar junto al principal testigo. Se buscó en la cuneta y la banquina a partir de siete metros antes del lugar donde se encontró a Mercado y donde todavía existe una gran mancha de sangre.
El resultado fue altamente positivo. En menos de veinte minutos se encontraron varios trozos de vidrios que parecían pertenecer a una óptica de auto y varios pedazos de plásticos que parecían ser el lugar donde encastra el vidrio, además de un pequeño tapón de goma.
El hallazgo causó asombro ya que se produjo a cinco días del accidente. A nuestro acompañante le preguntamos si pudo haber luego de la muerte de Mercado algún otro incidente en el mismo lugar a lo que contestó que “no observó nada raro”.
Las averiguaciones
Los elementos que se fueron encontrando fueron puestos en una bolsa de plástico y luego en días posteriores se iniciaron averiguaciones en mecánicos electricistas y un comercio que vende repuesto de autos.
El mecánico electricista con comercio en nuestra ciudad, fue consultado. Al técnico no se le dijo en un primer momento si era de una óptica ni donde había sido recogido. El informe brindado fue muy rico. Los vidrios pertenecían a una óptica de vehículo y el plástico al lugar donde esta va encastrada.
El mecánico fue más lejos y al preguntarle la posible marca de auto que utilizaba expresó : “por el plástico color gris podría tratarse de la óptica de un Renault 18, una Cupe Fuego o un Renault 21”.
También se consultó en una casa de repuestos. El empleado señaló que “era muy dificil decir que vehículo utilizaba ese tipo de óptica”. Agregó “ el vidrio es de una óptica, el plástico también y que podría ser de la línea Renault o Fiat Duna”.
En cuanto al pequeño tapón de plástico ninguno de los consultados pudo ubicar el posible lugar de uso. La constancia del cronista finalmente pudo determinar que el tapón podría ser usado en los torpedos que existen en la cabina o algún agujero realizado en la parte donde va ubicado el motor y que podría pertenecer a una conexión eléctrica anulada. El consultado agregó que los trozos de vidrios pertenecerían a una luz de posición y de un auto de más de cinco años por las características del rayado del material y grosor.
¿Hipótesis?
Ante el hallazgo realizado se puede elaborar una hipótesis. El vehículo ingresó a calle 9 a una velocidad superior a los 80 kilómetros.
El que guiaba el auto se encontró con la bicicleta y no pudo frenar ni maniobrar, solamente podría haber “vo-lanteado” hacia la izquierda, tomando a la bicicleta con la parte derecha delantera de la carrocería donde van las ópticas. El golpe por el estado en que quedo la bicicleta fue tremendo. El mismo vehículo debió pasar por arriba literalmente a Mercado y sin detenerse siguió la marcha. El fuerte golpe debió arrojar restos de pintura (no fueron encontrados). El estado ventoso de los últimos días pudo arrastrar estas evidencias.
La posibilidad cierta que los pequeños trozos de vidrios encontrado sean del vehículo que atropelló al ciclista es altamente probable. La violencia del impacto debió causar algún tipo de ulterioridades en la carrocería y ellas pudieron quedar desparramadas en el lugar.
Más pasos
Los pasos a seguir ( existen pocas probabilidades pero hay una oportunidad de esclarecer los hechos) serían buscar en los talleres de nuestra ciudad si en la semana del accidente ingresó algún vehículo con ópticas o luz de posición derecha rotas. Además, si el vehículo coincide con los modelos aportados y que usarían este tipo de ópticas estaríamos ante el probable auto que participó en el incidente.
También la rutina es una aliada. Llamó la atención que los investigadores no hayan estado en el lugar del accidente los días siguientes a la tragedia y constatado el paso de autos y camionetas. Esta verificación podría haber aportado testigos ocasionales o incluso el responsable del incidente.
Como ejemplo podemos decir cualquier hombre o mujer que sale de su casa a una determinada hora, encuentra en la calle todos los días y cronométricamente a la mismas personas que concurren a sus empleos o que incluso practican ciclismo o caminatas. Lo cierto es que los investigadores deben hacer lo imposible para que una muerte no quede impune.
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