08/03/2002

Investigación

  • ¿El tercer atentado?
  • A pocos días del 7º aniversario del fallecimiento de Carlos Saúl Menem hijo, más conocido como Junior, Colón Doce realizó una investigación sobre los puntos oscuros de su muerte. Viajamos a Ramallo en donde se levanta, al costado del lugar del accidente un monolito, en su memoria.

  • En el nombre del padre
  • El dueño del poder. “El elegido”. El hombre que en apenas dos meses lograría su máximo sueño: la reelección. Pero el destino le jugó una mala pasada. Aquel 15 de marzo de 1995 quedaría grabado en su memoria como el momento más triste de su vida. Se encontraba en una reunión con diversos funcionarios cuando le comunicaron la noticia: su hijo había tenido un grave accidente.
    Carlos Saúl Menem hijo, más conocido como Junior, nació el 23 de noviembre de 1968 en la ciudad de Córdoba, aunque su partida de nacimiento indica que fue en “Anillaco”. Tuvo una infancia triste, en el medio de peleas escandalosas de sus padres. Cuentan que sentía cierta nostalgia al acordarse de su niñez y evocar que “nunca mis padres me llevaban al colegio, lo hacía la custodia”. Su padre repartía su tiempo entre la política, la noche, las mujeres y las partidas de pocker con amigos. Sus maestras de La Rioja lo recuerdan como un chico “muy cariñoso en el que se notaba la falta de afecto”.
    Su relación con su madre fue siempre muy simbiótica. Junior ocupaba muchas veces el papel de su padre y cuidaba y protegía a su madre y su hermana. Siempre que existía una pelea entre sus padres defendía con “uñas y dientes” a Zulema Yoma. En la Rioja circula una historia que data de 1987, cuando Junior tenía 19 años. Menem había tenido una violenta discusión con Zulema Yoma, en la que la golpeó.
    Cuando Junior llega a la casa y encuentra a su madre con moretones, tirada en la cama llorando, va en busca de una escopeta que le había regalado su padre y sale en el auto hecho un loco. Dicen que al llegar a la gobernación de La Rioja sus ojos estaban llenos de furia. Ingresó en el despacho de su padre y le apuntó con el arma gritándole en tono amenazador: “La próxima vez que le pongas un dedo encima a la mami te juro que te mato»
    Su vida estuvo marcada por la pasión a los autos, las motos y las mujeres. El vértigo era para él un estimulante de vida.

  • El accidente
  • Unas pocas nubes cubría el cielo de la ciudad de Ramallo la mañana del 15 de marzo de 1995. Un pueblo que pasaría a ser conocido por un triste hecho histórico: el hijo del presidente de la Nación se estrellaba en su helicóptero rojo y blanco Bell Jet Ranger, tras enredarse la hélice trasera en un cable y cayó en un campo a la altura del Km 211 de la Ruta Nacional 9. Según los testigos “venía volando bajito”. Algunos afirman que venía siguiendo a un Fiat UnoLa causa estuvo a cargo del juez federal de San Nicolás Carlos Villafuerte Russo. Entre los puntos cuestionados se encuentran:
    * No se peritaron los cables de luz que fueron cortados por el helicóptero
    * El helicóptero tenía cortacables
    * Los restos del helicóptero no fueron entregados sin orden judicial a la compañía de seguros del Grupo Juncal. El 70% del helicóptero se escondió, una parte fue vendida como chatarra y otra habría sido enterrada en caminos de la provincia de Bs. As.
    * La ambulancia que traslada a Junior tarda 40 minutos en llegar al hospital, cuando el recorrido se hace en 15.
    * Al realizarse la autopsia se comprobó que entre la tapa metálica y la tapa de madera del cajón había tierra colorada. En el cementerio de San Justo la tierra es negra, por lo que se sospecha que el cajón pudo haber sido trasladado a algún sitio del norte de nuestro país. Dichos restos no pudieron ser analizados ya que el frasco que la contenía fue robada de la morgue
    * Gente que trabaja en casas mortuorias y peritos aseguran que es casi imposible que un cuerpo alcance el estado de putrefacción que tenía, en solo dieciséis meses, el cadáver de Junior. Muchos aseguran que se le pudo haber puesto una sustancia que acelere el proceso de descomposición “para borrar huellas”
    * Una pericia realizada por la Gendarmería Nacional detectó rastros de balas en algunas partes del helicóptero.
    * El auto de la custodia, “casualmente”, pincha una rueda y se detiene en el camino 10 minutos antes del accidente
    * Otro de los misterios es que pasó con la valija que llevaba Junior en el helicóptero. Según se supo contendría 33 mil dólares y papeles confidenciales
    * Un empleado de Ezeiza declaró que Junior alcanzó a gritar “¡Me tiraron! antes de caer el helicóptero y que eso quedó grabado en la torre de control, pero esas cintas desaparecieron

  • Las causas del “atentado”
  • Las teorías a cual sería la causa de este “tercer atentado” son muchas. Algunos afirman que el ex presidente “Carlos Menem” le pasaron una “factura”. Olga Wornat, reconocida periodista sostuvo en un programa televisivo: “Si te pones a pensar Menem traicionó a mucha gente, a los sirios, a mucha gente”
    Siguiendo esta hipótesis hay que destacar que, la mayor venganza entre los árabes es asesinar al primogénito del jefe, por la importancia que le atribuyen al hijo varón mayor. “La traición” se habría cometido al producirse el alineamiento del gobierno argentino con Estados Unidos. Una cuestión que enojó muchos a los árabes fue la desman-telación del proyecto Cóndor.
    Otra teoría es la que sostiene que el mismo día que se inicia la causa por venta de armas a Croacia coincide con la fecha de muerte de Junior.
    Siguiendo con las posibles causas del “atentado” algunos afirman que fue una venganza de los narcos colombianos, a quienes unos días antes de la caída del helicóptero de Junior, habían sufrido un “duro golpe”. Se secuestró alrededor de 1000 kilos de cocaína que habían sido introducidos al país en una avioneta, que aterrizó en una pista clandestina en Catamarca
    También se sostuvo en su momento que podría haber sido obra de siniestros personajes de la noche, en busca de una venganza por la muerte de Poli Armentano.
    El supuesto “tercer atentado”, después de la Embajada de Israel y de la Amia, es atribuido a organizaciones mafiosas vinculadas con la venta de armas y el narcotráfico.

  • El monolito
  • A la altura del km 211 de la ruta 9, sobre la mano que une Rosario con Buenos Aires, en el partido de Ramallo, se construyó un monolito en homenaje a las muertes de Silvio Oltra y Carlos Menem hijo.

    monilito a menem1.jpg - 10245 Bytes Colón Doce visitó el lugar.
    El lugar se asemeja a una especie de “santuario”, como un emblema de los personajes muertos en tragedias. Así como Gilda o Rodrigo Bueno. La construcción de este recordatorio a las personas muertes el fatídico 15 de marzo de 1995 fue por orden de Zulema Yoma. La roca del monolito fue traída desde La Rioja. En la misma hay dos cascos separados por una tramo de metal, que simbolizan la ruta. Detrás hay una pared de alrededor de 5 metros de alto por unos veinte de largo. Algo que llama la atención de quienes lo visitan es la cantidad de pinos plantados en el lugar.
    En la placa de bronce que hay en la base de mármol negra que sostiene a la roca puede leerse una oración: “En el nombre de Dios, el compasivo, el misericordioso, alabado sea Dios, señor del Universo, el compasivo, el misericordioso, dueño del día del Juicio. A ti solo servimos y a ti solo imploramos ayuda. Dirígenos por la vía recta, la vía de los que tú has agraciado, no de los que han incurrido en la ira, ni de los extraviados”.
    La gente que visita el lugar, son habitantes de la región, turistas, gente de paso que transita la autopista, camioneros. Cada uno deja algo. Aunque sea la curiosidad y la necesidad de saber la verdad.
    Pueden observarse flores, distintos tipos de velas, rosarios, estampitas, guantes, escarpines, monedas y hojas con escritos. Cada visitante fija su mirada en el monolito y gira su cabeza hacia el campo, como buscando recrear la escena del accidente.
    La preguntas, conjeturas, hipótesis, dudas son muchas. Ha quedado un manto de misterio en estas dos muertes.
    Los habitantes del lugar son reacios a hablar “es que nos tienen locos los periodistas”, aseguran. “Primero lo de Junior y luego lo de la masacre de Ramallo”. El pueblo es tristemente conocido por dos hechos trágicos. “Si hasta se tuvieron que mudar o cambiar de trabajo los testigos”, asegura María, vecina de Ramallo. El caso más ejemplificador es el de Rafael Villafañe. Su vida era tranquila, trabajaba como empleado en la estación de servicio Esso, ubicada justo enfrente del lugar del accidente. Ese día el fue testigo del accidente. Al principio se hizo negar cuando llegaban los periodistas, que lo perseguían “a sol y sombra”, en busca de su testimonio.
    Optó por cambiar de turno. Hasta piensa en la posibilidad de renunciar. Ni él, ni muchos argentinos sabremos toda la verdad. El poder esconde muchas mentiras que nunca se han de descifrar. Esta parece ser una de ellas.




    Volver a Semanario Colon Doce