01/03/2002

Colón Doce lo anticipó

  • Se fugaron tres presos de la comisaría
  • Las dudas sobre la fuga de presos se acrecientan y puede haber resonantes novedades.

    El domingo se fugaron tres presos de mediana peligrosidad en la Comisaría de Colón. Los malvivientes de apellidos Mansilla Gómez y Barreto (dos oriundo de Pergamino y el restante domiciliado en la localidad santafesina de Pavón) habrían limado un barrote del techo ( similar a los que se utilizan en la construcción) y por un pequeño agujero huyeron con rumbo desconocido.
    Los prófugos tienen causas por robo calificado (asaltos) y hurtos reiterados. Según se pudo determinar el trío habría utilizado una pequeña sierra a la que embadurnaban con jabón para trabajar silenciosamente y de esta forma no alertar al policía que estaba de imaginaria.
    El agujero por donde escaparon es muy pequeño y un hombre de contextura mediana –como los evadidos- no tendría posibilidad de pasar. La altura del techo alcanza a casi seis metros y las maniobras para escapar serían forzosas y casi imposible de realizar.
    Los malvivientes supuestamente ganaron el entretecho y de allí levantaron una chapa para fugar por la terraza a un patio, saltando a la calle donde seguramente lo esperaba un vehículo para alejarse del lugar.
    Cabe destacar que el edificio de Telefónica Argentina tendría una cámara de video que captaría un radio de 180 grados y bien pudo filmar si los cacos escaparon por el techo de este edificio.

  • Las dudas
  • Los investigadores de la fuga tendrían varias dudas.
    * El boquete en el techo era demasiado pequeño para que se filtraran tres presos de contextura mediana.
    * Además sospechan que pudo haber apoyo en el interior del edificio y el boquete en el techo pudo ser solamente una maniobra para distraer o desviar la investigación. ¿Los presos podrían haber salido por la puerta del calabozo?
    * Se investiga si hubo un vehículo sobre calle 18 que podría tener vidrios polarizados y que los malvivientes habrían utilizados para huir del lugar.
    * Se investiga si un preso de reciente salida y oriundo de Pergamino podría haber “cerrado” la fuga y podría haber buscado el apoyo logístico.
    * Si se contó con apoyo interno debió haber dinero de por medio. La policía estaría investigando esta preocupante arista.
    * Podría haber un testigo importante que habría paseado un perro por la zona de la plaza.
    * Se investiga si la clave de este proceso pudo estar en el propio libro de guardia y los movimientos realizados por el personal y la imaginaria de los calabozos.

  • La carta
  • La carta de los investigadores para descubrir como se fugaron los presos es el perro de la comisaría y que Colón Doce en ediciones pasadas bautizó “Pichichus”.
    El can es un típico perro guardián, pero que además tiene una marcado “odio” a los malvivientes. Por las noches transita la terraza y cualquier movimiento extraño en los calabozos los pone furioso y sus ladridos pueden llegar a despertar al más dormido. Colón Doce cuenta con la versión que “Pichichus” el domingo cuando fugaron los presos habría luchado para que el trío no se fugara.
    El perro que por casualidad se encontraba en la planta baja del edificio habría corrido hasta el portón posterior del patio de la Comisaría a los delincuentes. El portón habría estado cerrado y los asaltantes debieron saltarlo. El escándalo del perro con sus ladridos habría despertado a media cuadra y ubicaría en tiempo y lugar la partida de los prófugos. Según una fuente investigativa, el lio que realizó “pichichus” con sus ladridos fue realizado cuando el reloj marcaba las 6.45.
    A partir de este dato las piezas de ajedrez se armarían en donde estaba cada uno de los componentes del tercio (5 policías). Las versiones de los investigadores indican que no todos habrían estado en sus puestos e incluso que había uniformado fuera del edificio.

  • El Aviso
  • Colón Doce en la edición del 12 de octubre en página 3 y bajo el título «Se necesita más inversión» publicamos: “ La investigación de un cronista policial determinó que en la terraza de la Comisaría se habría recurrido a un perro guardián raza “pichichus” que recorre la edificación y ante cualquier movimiento extraño ladra y avisa la posibilidad de una fuga. Las versiones son preo-cupantes y señalan que el can habría evitado con sus ladridos una posible fuga de presos. El tema no es menor debido a que en el interior de las celdas existen detenidos de mediana peligrosidad. Podemos argumentar que aunque se hubieran soldado las rejas al techo, la situación de la seguridad es endeble y se deben realizar nuevos calabozos.
    La Comisaría de Colón fue fundada en l929 y desde entonces se realizaron lavados de cara “ en la infraestructura, pero nunca una reestructuración profunda de su edificación y adecuada a los nuevos tiempos que lamentablemente debemos vivir.
    Ante esta situación es imperioso y urgente la construcción de calabozos por separado para delincuentes comunes, contraventores, menores y para mujeres que también cometen delitos en Colón”.

  • Renuncien
  • El comisario Roberto Silva en los últimos tiempos parece Don Quijote luchando contra los molinos de viento en busca de lograr calabozos seguros para nuestra ciudad. La preocupación de este funcionario de “paso” debe ser un alerta para los calienta sillas locales. Es más, la parrilla con hierros de construcción “soldadas” a la pared fue construida por un pedido del funcionario. Hace poco más de un año solamente existían en los techos de los calabozos chapas de plástico y algunos hierros.
    No queremos nuevamente ser un adelantados en publicar las notas a igual que lo hicimos con “pichichus” y debido a lo que puede acontecer decimos :En nuestra ciudad existe un Foro de Seguridad que se reúne de vez en cuando. Ante los momentos que nos toca vivir es imperioso que aquellos que lo conforman y toman el organismo a la ligera, renuncien y dejen su lugar a gente que tenga ganas de trabajar. El país vive horas dramáticas y los “calienta sillas” deben irse irremediablemente a sus casas. Los calabozos de Colón como las continuas trifulcas callejeras por consumo de alcohol o el tema creciente del consumo de droga hacen a la seguridad ciudadana. Es hora que nos pongamos los pantalones largos.




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