La educación es una inversión y no un gasto. En el año 2001 mucho se habló de las becas estudiantiles. En primer lugar se redujo los montos de la misma de cien pesos a setenta.
En Colón en las Escuelas –es muy difícil determinarlo- se repartieron alrededor de setenta u ochenta becas a estudiantes.
En primer lugar, las tarjetas para su cobro tardaron más de la cuenta y cuando llegaron los alumnos cobraron en muchos casos solamente un mes del importe correspondiente.
Ante la nota publicada en la pasada edición, por lo menos dos alumnos se quejaron ante nuestro cronista por este motivo.
Lo cierto es que existe la posibilidad de que la totalidad de los beneficiarios de Colón –no sabemos de otras ciudades- solamente hayan cobrado uno o dos meses y se adeude el resto del año.
Pero esto no es todo. En el año 2000 muchos alumnos se quejaron, incluso con cartas publicadas por este medio- señalaron que las becas habían sido otorgadas a personas que tenían medios económicos suficientes para estudiar y fueron dejados sin becas muchos escolares que tenían reales necesidades.
También los propios alumnos señalaron que algunos beneficiarios tomaban las becas como un trabajo y asistían a clases solamente para cobrar el dinero y no estudiaban llevándose todas las materias. La falta de control y la ineficacia del Estado para llevarlo a cabo dio por tierra un sistema que bien implementado es muy beneficioso.
En el año 2001, las autoridades educativas provinciales argumentaron que estas fallas se iban a controlar. Lo cierto es que la ineficacia de nuestros funcionarios hizo de todo esto una gran mentira. Por los datos que Colón Doce tiene dentro de los límites de la investigación, podemos afirmar que en muchos casos solamente los beneficiarios de nuestra ciudad cobraron un solo mes. Sería un deber de las autoridades educativas aclarar las cifras que se pagaron y si lo que nosotros afirmamos corresponde a la realidad.